Las exigencias y las preocupaciones familiares conllevan un importante riesgo para la salud ya que pueden duplicar o triplicar el riesgo de angina de pecho, dolencia precursora del infarto.

Es la conclusión de un estudio de investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), que publica el Journal of Epidemiology and Community Health. El trabajo se ha realizado entre 1999 y 2006, en el que se analizó durante seis años la salud cardiovascular de más de 4.500 hombres y mujeres sanos de entre 40 y 50 años seleccionados al azar.



Al inicio del estudio ninguno de los participantes presentaba problemas de corazón y, seis años más tarde, se recopiló información sobre su salud cardíaca, al tiempo que completaron un cuestionario para conocer la calidad de sus relaciones personales con su pareja, hijos, familiares, amigos y vecinos.

Problemas con los hijos o la pareja



De este modo, los resultados mostraron que, después de seis años, casi uno de cada 10 hombres y mujeres (9,5% y 9,1%, respectivamente) sintió molestias u opresión en el pecho, síntomas habituales de la angina de pecho, siendo más frecuente en las personas de 50 años.

Sin embargo, al comparar la incidencia de esta dolencia con la situación personal de cada participante, observaron que aquellos que tenían problemas o tensiones con su hijo tenían el doble de riesgo de padecer angina de pecho, mientras que cuando los problemas eran con la pareja el riesgo era 3,5 veces mayor.

Fuente: 20minutos.es