Tener ofertas de crédito por todas partes crea una sensación de bienestar y seguridad que nos hace sentir que tenemos el control de nuestra situación financiera, ya que podemos adquirir bienes y servicios con solo decir sí, firmar y llevar.



Pero esa sensación es un falso positivo, porque esos bienes que podemos adquirir no son de nuestra propiedad hasta que estén saldados en su totalidad y dejarnos seducir por toda esa avalancha de ofertas sin diferenciar cual de ellas nos llevará al colapso financiero , es un error que cometen muchas personas y ofertantes.

Como es posible que si usted gana $15,000 y paga casa, comida, transporte, celular y otros gastos agregados y a usted le aprueban una tarjeta sin pleno conocimiento de los riesgos crediticios que esto implica, ya que usted como lo necesita sin duda va a aceptarla, aún sabiendo que lo primero que hará será ir corriendo al cajero a sacarle el efectivo y en la tienda o supermercado consumirle lo que le queda de disponibilidad.



Grave error de la entidad bancaria e irresponsabilidad suya por no saber decir NO, ya que no la puede solventar y solo le acarreará más problemas de los que ya tiene.

Hay personas con 8,10 y más tarjetas de crédito, copadas todas y buscando más para tapar un hueco haciendo otro mayor. Sé que es difícil, pero debemos tener el coraje de plantarnos en una sola posición, la de no ceder a la tentación de aceptar nuevos créditos, sino de empezar a crear estrategias lógicas y objetivas de planificación, para comenzar a enfrentar las deudas de forma saludable. Parece como si el Santo malo estuviese detrás, ya que esa aprobación casi siempre llega, en el momento en que mas mal se está y se hace irresistible rechazarla.

Pagar saludable y positivamente es no hacer compromisos que de plano sabemos que no estamos en capacidad de solventar. No aceptar acuerdos que para cumplirlos debemos dejar de lado el pago de compromisos básicos para vivir como lo es alimentarse, pagar la escuela de los muchachos ó la casa, aunque si se hace necesario reajustar esos gastos cambiándolos de escuela, mudándonos a otro lugar cuya renta sea más manejable, bien podría contribuir a disminuir la carga, sin apelar al recurso de ahorrar por un lado y malgastar por el otro, porque en nada estaríamos.

Si va al cine 3 veces al mes que es mucho , redúzcalo a una sola vez y si puede disfrutar de todas esas interesantísimas series que tiene el cable y verlas en familia, mucho mejor sería. No se trata de dejar de cumplir , sino de negociar los montos a pagar si se trata de acuerdos, hasta llegar a una negociación justa y razonable para usted y su acreedor .

Hay que hacer ajustes a nuestros estilo de vida, no es para siempre, solamente hasta que pase la tempestad , para que el darnos un gustito no represente el incumplimiento de un compromiso importante que al final nos quite el sabor dulce de lo que a cambio sin poder, disfrutamos. Todos los malos momentos pasan y mientras más al fondo usted llega, más impulso requerirá para subir a la superficie.

La pregunta clave sería ¿ porqué esperar bajar tanto para preventivamente tomar medidas precautorias, acaso usted no sabe que si grande es la enfermedad, superior deberá ser el remedio? entonces no de más larga a enfrentar su situación, si no puede solo busque ayuda, pero hágalo ya, antes que la situación sea inmanejable con consecuencias cuantiosas y costosas.

Por Magda Lorenzo, recuerden visitar su blog orientacionaldeudor.com