En la Europa del Medioevo teníamos la figura del mecenas, hombre acaudalado amante del arte en toda sus expresiones siendo dicha devoción el motor de su compromiso hacía tal o cual artista, uno de los casos más célebres fue Lorenzo de Medicis y su mecenazgo hacía Leonardo Da vinci. Es posible considerar este tipo de relación como un impulsor del concepto ´´Patrocinio´´ por el cual, a través de la colocación de una marca en determinado espacio o evento, los responsables del mismo reciben el dinero, la plata con la cual hacer efectivas sus ideas. Tal vez Figueroa Agosto no esté al tanto de la historia del mecenazgo en la cultura occidental pero dicha ignorancia en grado alguno le exime de practicarlo, es más hoy día ya sabemos del culto rendido por éste a nuestra condición de mamíferos a través de su patrocinio a nobles operaciones estéticas con las cuales ha resaltado las glándulas mamarias a unas cuantas quisqueyanas.



Ignoramos si dicha práctica –por demás reiterada- obedece a la frustración de un hombre desprovisto de su correspondiente período de lactancia durante una niñez entonces vista como infausta pues, cuál habría de ser sino aciago, el destino de un niño sin acceso al seno materno ¿? Una presentadora de tv, ya admitió como responsable de sus voluptuosas neuronas pectorales –Tal vez las única dos a tener- al capo en cuestión sin especificar los detalles de dicho patrocinio, esta es sin duda una negociación en la cual el patrocinador consintió no recibir las públicas laudatorias de lugar, durante el certamen dónde ella participó nunca se le escuchó algo así como: ´´Cómpresela a Agosto, el de la más pura!´´ Curiosa negociación de colocación publicitaria, el patrocinador ha de recibir las menciones de lugar, cuando ya no puede disponer de su producto en el mercado local –o al menos eso creemos-.

Por Aneudys Santos