Utilizando todos los medios que da el poder, nos quieren cambiar la agenda que en los meses recientes viene socavando los cimientos de la sociedad: la corruptela en general.



Los escándalos en los que se han involucrados gran parte de la alta oficialidad militar y policial, donde académicos se han visto envueltos en acciones pestilentes dentro de la delincuencia que arropa la nación.

Nos quieren sacar de la agenda los desfalcos recientes, en lo que funcionarios públicos, empresarios privados en complicidad con estamentos de todos los niveles de la sociedad, a sabiendas de que unos siete millones de habitantes, de los diez de la ONE, estamos en la indigencia estomacal e intelectual.



Nos quieren variar la agenda ante los ascensos fulmíneo de los ayer pobres diablos a hoy multimillonarios: políticos, comunicadores, militares, banqueros-lavadores, curas, lacras foráneas, todas, sin haber heredado, que se conozca ni un fundo.

Se creen que variándonos la agenda, nos van a llevar a olvidar los aprestos funestos que vivimos, donde los que ayer nos llevaron a ejercer el voto por ellos, hoy constituyen los nuevos jeques de la nación, donde según todos los indicios nos dicen que si hubiese un verdadero Ministerio Publico, muchos deberían ir comprando biblias, dado sus tropelías con los recursos del Estado.

La población huérfana de dirección, ya que todos los que conforman el espectro político, constituyen más de la miasma putrefacta que se ha enriquecido de los dineros del erario. Viene de las manos, todos estos especímenes que lucrados hoy, se abrogan defender los jodidos del pueblo.

Empero, con todos los medios y los miedos de muchos, no nos cambiaran la agenda, donde los hechos delictivos no lograran obviar la desesperanza, frustración e impotencia de la mayoría, que hastiado ante tantas lacras viviendo como príncipes, creyendo que todos somos marionetas de mal agüero, para colmo tenemos una osamenta fétida que ahora se identifica como ¨¨llegó Papá, para que nadie recuerde de su desgobierno. Ya veremos…

Por Reynaldo Hernández Rosa