A pocas horas de que la tormenta Emily pudiera impactar el país y pese a que la provincia Santo Domingo está en alerta máxima, en el sector la Barquita, salvo pocas excepciones, las personas realizan sus actividades normales y las familias permanecen en sus viviendas sin que muestren intenciones de desplazarse hacia lugares seguros.



En el barrio los colmados están abiertos, las mujeres cocinan en las casas, los niños juegan en los callejones y desde las viviendas se escuchan una que otra queja como “Saldremos cuando el río nos saque” o “Nosotros solo salimos en la prensa cuando nos estamos ahogando”.

Solo unos pocos amarraban los techos de sus viviendas con alambres, sujetando el zinc con la madera de la casa para que no se vuelen con la brisa, o subían los colchones encima de otros enceres del hogar.



El ambiente contrasta con el hecho de que este sector, ubicado a la orilla de la rivera del Ozama, es vulnerable a las inundaciones. Pues, los organismos de socorro no han iniciado evacuaciones preventivas y la gente parece estar decidida a esperar que el río inunde sus viviendas para salir.

La única institución que ha acudido a supervisar la zona es la Dirección Provincial de Salud Pública de Santo Domingo Este. El director de esta dependencia estatal, el doctor Fernando Guance, acudió a la barquita junto a una brigada compuesta por la doctora Denia Guerrero de la Unidad de Cólera, Berelis Herrera, Coordinadora de Salud Ambiental de la zona y Ricardo Alba, técnico de esa área.

El doctor Guance dijo que reforzaron la asistencia de la Unidad Médica de La Barquita con asistencia y enfermeras. También distribuirán cloro, fundas plásticas y atenderán los reclamos de la gente.

Dijo, además, que las últimas dos semanas no se han detectado casos de cólera en este sector y que están orientando a las familias para que tomen medidas de precaución con las lluvias.

En tanto que la señora Mayra Pujols, madre de tres niños expresaba con tristeza que “Cuando el río suba, yo salgo con mis muchachos”.

Mientras que Antonia Durán, que vive en una zona no tan próxima al río, dijo que teme a los derrumbes ya que sus vivienda está ubicada en medio de dos árboles por lo que decidió no dormir allá sino que irá a las casas de otros vecinos. Los grandes ausentes en la barquita son los miembros de la Defensa Civil, según dijeron los mismos moradores.
Fuente:ListinDiario