Los dos niños ahorcados en Moca y el no nato de Hato Mayor son solo dos ejemplos de las víctimas mortales y colaterales de la creciente violencia familiar en el país, que en apenas ocho meses del año que transcurre ha cobrado la vida de unas 110 mujeres, casi todas madres; 16 hombres que han sido muertos por sus parejas y 11 niños envenenados, ahorcados o asfixiados por el padre o la madre, y por ambos padres en dos de los casos.

Entre las víctimas infantiles, se destacan el asesinato en junio de un niño de apenas un año, que fue acuchillado por su padrastro, Alfredo Carlos, de 26 años; y el caso de Benny Aracena Almonte, de cuatro años, que murió tras ser golpeado por el padre y la madrastra en La Mina, Hato del Yaque, Santiago. En Brisas de Los Palmares, de Sabana Perdida, Perdida, Tania Encarnación, envenó a dos hijos echándole raticida en la leche.



Fuente:Listindiario.com