Es costumbre de los organizadores de eventos artísticos cuando el Estado le facilita infraestructuras para sus actividades dejar todo tipo de inmundicia, basura, roturas, daños a toda la estructura, convirtiendo el lugar en un vertedero, tal como sucedió con el escenario usado por una capilla de empresarios con la pista del kartódromo de la autopista 30 de Mayo en esta capital. Las gráficas son más elocuentes.



Por Reynaldo Hernández Rosa