Se acercaba la Navidad y la radio rememoraba canciones que trascendieron tiempo para quedarse como emblemas de esta época fiestera. Ya entrado octubre los temas navideños copaban la radio, pero la pegada de un merengue que se convirtió en un suceso musical opacaba cualquier tema alegórico a la época: “El Muerto”, interpretado por Tony Seval.



Compartiendo con amigos y primos en el patio de la casa número 19 de la calle Bonaire, en el ensanche Ozama, escuchamos cuando el locutor hizo una pausa musical para anunciar la inesperada muerte de Seval, líder de la orquesta Los Gitanos.

Dos días antes, el 22 de octubre de 1985 Tony Seval fue apresado y llevado al destacamento policial de Villa Juana, bajo la acusación de consumo de drogas, historia que el pueblo nunca asumió como verídica.



Uno de los argumentos esgrimido por los miembros de la policía de turno en el destacamento, fue el de que Tony Seval había tenido un enfrentamiento violento con otros presos y recibió múltiples heridas de armas blancas en todo el cuerpo que le quitaron la vida. Otra versión aseguraba que enfrentó la custodia carcelaria y que para llevar a cabo su objetivo había roto la tapa de un inodoro para atacarlo.

Una serie de argumentos falaces se sucedieron mientras pasaban las horas. El pueblo que no es tonto comenzó a manejar una información que resultaba más creíble y es que la muerte de seval fue por motivos pasionales. Señalaban a un alto militar de ser responsable del asesinato.

Testigos en los alrededores del Hospital de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aseguran que la noche en que, herido, Seval fue trasladado a este centro hospitalario se escucharon disparos en las afueras del mismo. La popularidad que el malogrado artista había alcanzado hizo que el pueblo se lanzara a las calles contra lo que llamó un “vil asesinato”.

Encendido de velas y velones en todas las aceras y contenes de las calles del país llamaron la atención de las autoridades, motivando al presidente de la República de entonces, el doctor Salvador Jorge Blanco y al secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Manuel Antonio Cuervo Gómez, a dirigirse al país, lo que demuestra la connotación adquirida.

Hoy, como muchos hechos ocurrido en el país, 26 años después, la verdad sobre la muerte de “El Gitano”, Tony Seval, continúa en el limbo.

Nota publicada por el periodista editor de la sección de espectáculos del periódico El Nacional y editor del blog Testigouno.com