El máximo jefe de la guerrilla comunista colombiana de las FARC, Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano, fue abatido en operativos por tropas del Ejército, confirmó el presidente Juan Manuel Santos, en la madrugada del sábado.



«Cayó el número uno de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, comunistas). Este es el golpe más contundente que han recibido en toda su historia», dijo Santos en una alocución desde la ciudad de Cartagena (norte).

«Desmovilícense o de lo contrario terminarán en una cárcel o en una tumba», dijo Santos dirigiéndose a los guerrilleros de las FARC.



«No debemos ser triunfalistas, debemos perseverar e insistir hasta lograr un país en paz donde todos podamos trabajar por un futuro mejor», añadió el mandatario.

Casi paralelamente, el ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, afirmó en una rueda de prensa que Cano había muerto en combates con la fuerza pública. «Alias Alfonso Cano ha caído, ha sido dado de baja. Todo el proceso forense (para su identificación) ha sido ya revisado», dijo.

«Felicito con emoción a los soldados de Colombia», añadió al explicar que hubo un bombardeo en la mañana del viernes y que posteriormente se produjo un combate en tierra.

«En una operación que se inició desde hace varios días, pero que se materializó a partir de las 08H30 de la mañana, tropas de las fuerzas militares iniciaron una operación de bombardeo, en un área del departamento del Cauca (sur). Allí cayeron algunos miembros de la estructura de seguridad de alias Alfonso Cano», señaló Pinzón.

«Posteriormente las tropas iniciaron un cerco militar en el área. En el transcurso de la tarde entraron en una situación de combate y de persecución de este individuo y de la estructura que lo acompañaba. Allí cayó alias Alfonso Cano», aseveró Pinzón.

En el operativo en el que también habría muerto su compañera sentimental participaron entre 800 y 1.000 efectivos, según fuentes militares.

Cano, de 63 años, un universitario de clase media y cuyo verdadero nombre era Guillermo León Sáenz, ascendió al mando máximo de las FARC en 2008, luego de la muerte por causas naturales del fundador de esa guerrilla, Manuel Marulanda «Tirofijo».

Pocos días antes de la investidura del presidente Juan Manuel Santos, en agosto de 2010, Cano divulgó un video en el que le llamaba a dialogar en busca de una salida pacífica al conflicto armado de Colombia, honrando su fama de «moderado» dentro de la guerrilla. Pero aparentemente no hubo ningún contacto directo en este tiempo entre la debilitada guerrilla y el gobierno.

La muerte de Cano siguió a la de Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, el líder militar de la guerrilla, abatido en un bombardeo en septiembre de 2010 en Colombia.

Además, en marzo de 2008, el ejército colombiano dio también muerte al entonces número dos de las FARC, Raúl Reyes, en un bombardeo a su campamento en territorio ecuatoriano, a pocos kilómetros de la frontera común.

Hasta hace pocos días las autoridades presumían que Cano se encontraba en una zona entre los departamentos de Tolima, Valle y Huila, pero el jefe rebelde pudo bajar hacia el Cauca, más al sur, al parecer buscando la protección de los frentes guerrilleros que operan allí, donde las FARC se han hecho fuertes.

Según el especialista del conflicto Ariel Avila, de la Corporación Nuevo Arco Iris, desde hacía unos veinte días se venían registrando intensos combates entre la guerrilla y el Ejército en la región, y en sólo 24 horas se dieron unos quince bombardeos.

Cano, de espesa barba y grandes lentes, se hizo conocido al encabezar la delegación negociadora de la guerrilla en las conversaciones que se realizaron en Caracas en 1991 y Tlaxcala (México) en 1992.

Posteriormente, participó en los fallidos diálogos con el gobierno del conservador Andrés Pastrana (1998-2002) en la zona del Caguán, en Colombia, donde sin embargo no tuvo un papel destacado.

«Siempre me pregunté por qué no llevó las FARC a su ideólogo (Cano) a la mesa de negociación» del Caguán, comentó el viernes Pastrana.

«Este es un punto de inflexión para las FARC. Lo que queda de liderazgo tiene que pensar muy seriamente en ir a una negociación y de esta manera lograr los colombianos la paz», dijo Pastrana, al aseverar que «se le dio un golpe a la cabeza» de ese grupo guerrillero.

Las FARC aún no han reaccionado públicamente a la muerte de su líder.

Con 47 años de lucha armada, las FARC son la principal guerrilla del país y actualmente cuentan unos 8.000 combatientes, de acuerdo con datos del Ministerio de Defensa. Diez años antes, se calculaba que sus fuerzas eran de unos 17.000 guerrilleros.

«La muerte del Alfonso Cano generará un impacto simbólico para las FARC, pero sobre todo un impacto a las estructuras que había logrado consolidar tras la muerte de Tirofijo», declaró a la AFP el politólogo Alejo Vargas.

Fuente AFP