Mensajes, fotos y «tags», Facebook conserva con energía compulsiva todos los datos de sus usuarios, incluso cuando éstos los han suprimido, como lo descubrió un estudiante austríaco al analizar las informaciones acumuladas sobre él por la red social mundial.



Max Schrems, estudiante de derecho de 24 años, es una de las pocas personas que han logrado que Facebook les proporcione una compilación de sus datos personales, o sea un archivo de 1.222 páginas en el que figuraban todas sus actividades en la red social mundial, incluso las cosas que creía haber borrado.

«Cuando se borra algo de Facebook, lo único que se está haciendo es ocultárselo a uno mismo», sostuvo Schrems.



Tras haber estudiado el tema para la Universidad, Schrems decidió denunciar a Facebook en agosto pasado por conservar datos personales sobre la vida privada que él mismo había suprimido, ante la Autoridad de Protección de la Vida Privada de Irlanda (DPC), donde la red social mundial tiene su sede europea.

«Si una empresa quiere implantarse en un país, tiene que respetar las reglas vigentes en él», estima el estudiante austríaco.

Para Schrems, la red social de 800 millones de usuarios viola 22 disposiciones vigentes en la Unión Europea. La entidad irlandesa tiene previsto pronunciarse al respecto a principios del año próximo.

La red social podría ser condenada a pagar hasta 100.000 euros de multa, pero «esta institución tiene pocos medios jurídicos para obligar a Facebook» a respetar su decisión, puntualiza Schrems.

La DPC sólo puede comprobar que hubo violación de las disposiciones vigentes, pedirle a Facebook que realice las modificaciones necesarias y, si la red social no lo hace, ponerle una multa.

Para Schrems, «los estadounidenses no entienden el concepto de protección de datos. Para ellos, quien dispone de los datos también dispone de los derechos sobre ellos. En Europa continental, se ven las cosas de otro modo», afirma.

Facebook respondió a Schrems, diciendo haber tenido dificultades técnicas o recalcando la necesidad de respetar el secreto profesional. El formulario en línea que había permitido a Schrems conseguir las 1.222 páginas desapareció, por lo cual se ha vuelto prácticamente imposible obtener su archivo de datos personales.

La firma de California ya realizó concesiones, por ejemplo en Alemania, al aceptar dejar de conservar las direcciones IP que permiten rastrear a los usuarios. «Pero se sigue rastreando a los otros internautas europeos», dice Schrems.

«Así es la estrategia de Facebook: cuando alguien se pone muy nervioso, dan un pasito atrás, pero siguen avanzando en otros sectores», agrega.

En cambio, tras una decisión de la oficina alemana para la protección de los datos, en Hamburgo, Facebook podría tener que enfrentar un juicio por conservación de datos biométricos.

AFP