Las multas que Brasil aplicará a Chevron por el derrame de petróleo en el mar pueden alcanzar los 260 millones de reales (144 millones de dólares), y la compañía puede no recibir autorización para operar en aguas ultraprofundas del país, según fuentes oficiales.



El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) aplicó el lunes a la petrolera estadounidense una multa por 50 millones de reales (28 millones de dólares, el máximo autorizado por la ley) por daños ambientales.

La Agencia Nacional de Petróleo (ANP, ente regulador del sector) inició a su vez un procedimiento para aplicarle dos multas por «adulteración de informaciones» (editar las imágenes del accidente) y por no tener los equipos adecuados para combatir el derrame, por hasta 50 millones de reales cada una.



El estado de Rio de Janeiro anunció por su lado una acción judicial para pedir una indemnización a Chevron por «daños a la biodiversidad marina y a los ecosistemas costeros», que «puede llegar a los 100 millones de reales» (56 millones de dólares), indicó la Secretaría regional de Medio Ambiente.

Chevron debe presentar al Ibama pruebas de que siguió el programa de emergencias. Si comprueba inconsistencias, el Ibama puede aplicar una multa adicional de 10 millones de reales (5,5 millones de dólares).

Esas fueron las primeras acciones anunciadas por el gobierno tras el derrame. Las autoridades iniciarán ahora una detallada investigación de la compañía y el accidente, y definirán otras posibles multas, informaron el lunes la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, y el jefe de la ANP, Haroldo Lima.

El 8 de noviembre, un helicóptero de Petrobras percibió una mancha de crudo en el océano, y la fuga fue constatada al día siguiente por un robot submarino en un pozo en perforación a 1.200 metros de profundidad, cerca del Campo do Frade, a 370 km al noreste de la costa de Rio de Janeiro.

El 11 de noviembre, Chevron comenzó a limpiar la mancha, que según la ANP se ha reducido actualmente a 2 km2.

«Cuatro días (para empezar a limpiar) es demasiado tiempo. El derrame de petróleo es como un incendio, la primera hora es fundamental para el combate. En cuanto aparece la mancha, inmediatamente hay que tener un equipo para instalar la boya y retirar el máximo posible de residuo», dijo al diario O Estado el oceanógrafo David Zee, que asesora en el caso a la policía.

El presidente de Chevron Brasil, George Buck, estimó el lunes que se han vertido al mar unos 2.400 barriles de petróleo entre el 8 y el 15 de noviembre, pero la ANP y la ONG ecologista SkyTruth señalan que el derrame ha sido mucho mayor, de 3.000 barriles y 29.904 barriles, respectivamente.

La presidenta Dilma Rousseff «quiere rigor» en este asunto, dijo el lunes Magda Chabriard, directora de la ANP, al salir de una reunión con la jefa de Estado.

La compañía podría hasta ser desautorizada de participar en la exploración de los recientes descubrimientos de petróleo en aguas ultraprofundas brasileñas, bajo una espesa capa de sal, conocidos como «pre-sal».

El gobierno debía examinar la propuesta de exploración de Chevron en el «pre-sal» esta semana pero la empresa «quedó en situación muy complicada» tras el derrame, dijo la jefa de la ANP.

Chevron podría perder hasta su clasificación de operadora A, requerimiento para acceder a esas profundidades donde está el pre-sal, añadió.

El secretario de Medio Ambiente del estado de Rio, Carlos Minc, precisó que para el final de esta semana Chevron y Transocean -empresa responsable por la perforación de los pozos petroleros en el Campo do Frade- deberán realizar una auditoría independiente en sus instalaciones en tierra y mar, a un costo aproximado de cinco millones de reales.

«La auditoría comprobará si las empresas estaban realmente preparadas para casos de accidentes», dijo Minc.

Chevron, número dos estadounidense del petróleo, tuvo un beneficio neto de 7.830 millones de dólares en el tercer trimestre de 2011, duplicando el resultado del mismo periodo de 2010, por el alza del precio del crudo y de productos refinados.

AFP