La web ciudadorental.org publicó el lunes 26 de noviembre el siguiente documento redactó por el ex senador acusado de golpear a su ex esposa que no quiere salir de prisión.



 

Quiero esclarecer algunas imputaciones públicas circuladas en desmedro de mi persona, en ocasión de una incomprensión familiar.



Previo a todo, les extiendo un cordial saludo a mis compañeros, amigos y al pueblo en general, al tiempo de agradecerles su oportuno apoyo, y la consideración que en mis largos años de vida pública siempre me han dispensado. En ese sentido, quiero ofrecerles algunas explicaciones sobre un incidente recientemente ocurrido en la residencia donde vive una honorable y distinguida dama con la cual procreé un hijo.

Antes de entrar en detalles, debo recordarles que contrario a lo que se ha querido vender, por intereses espurios e inconfesables, tengo la seguridad de que cualquier imputación malsana no viene de Leidy ni de su familia.

Como todo el mundo conoce, mi vida política y comportamiento público siempre han sido a favor de las mejores causas del país y los más desposeídos, lo que evidencia mi vida pública siempre involucrado en la defensa de las causas más nobles a favor de nuestra democracia y los mejores intereses de la República.

Mal podría yo siendo un permanente defensor de la igualdad de género y de la familia como núcleo fundamental de la sociedad, además de dirigente político revestido de sensibilidad social, ofender o maltratar a una dama, valores que me inculcaron mis padres el Dr. Ulises R. Rutinel y Dra. Francisca Otilia Domínguez.

Manifiesto aquí que el incidente del que se trata, el Ministerio Público lo ha querido aprovechar políticamente para distraer la atención de la opinión pública nacional.

Sospechábamos una trama mediática, la cual nos fue confirmada el pasado jueves 15, cuando dos altos e influyentes funcionarios del presente gobierno acudieron a la Cárcel Preventiva del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, donde me informaron que el lunes 12 se produjo una reunión en el Palacio Nacional, en la que participaron gran parte de los miembros del equipo de estrategia del candidato presidencial del PLD, Danilo Medina, y en la que se discutía la estrategia a implementar para sacar de los medios de comunicación el tema del extraditable Oscar Ezequiel Rodríguez y el cheque a favor del Presidente. En esta reunión también estaban presentes un ex precandidato presidencial del PLD, un asesor del Poder Ejecutivo, dos representantes del Ministerio Público, entre ellos el Fiscal del Distrito Nacional Dr. Alejandro Moscoso Segarra y otra persona que presumimos era el Presidente de la República. De acuerdo a los dos influyentes funcionarios que me visitaron, es en dicha reunión que el Fiscal del Distrito Moscoso Segarra plantea que su jurisdicción está apoderada de un caso, que aunque había sido desestimado por intrascendente, bien podía ser utilizado para distraer la atención pública, a lo que algunos de los presentes plantearon radical oposición, motivo por el cual es que me hacen llegar a través de los funcionarios a los que me he referido estas informaciones, toda vez que no querían verse como copartícipes de este manejo.

Es lamentable el incidente en el que me vi envuelto con Leidy, puesto que no fue mi intención lastimarla ni estar envuelto en esta vorágine de especulaciones ni de malos momentos, situación que se trató, no de una agresión, sino de una caída accidental de ella, lo cual se evidencia en el certificado médico expedido por el Médico Legista, que establece que la leve herida en la frente es curable de 0 a 10 días y que no presenta ningún golpe producto del incidente o fruto de agresión de mi parte, por tanto, lo ocurrido no lastima el orden público.

A pesar de que la Fiscalía no me citó, envié a la abogada Anny Michel de Rutinel a constatar si había alguna denuncia en mi contra, a quien le informaron que sí existía una denuncia, y luego en conversaciones telefónicas con los Fiscales Adjuntos Aracelis Peralta, Miriam J. Sánchez, Roxana Campusano y Adolfo Feliz, estos me informaron que dicha denuncia se trataba de algo que había sido desestimado por intrascendente. Luego, el día de mi apresamiento, miércoles 14, posterior a la reunión de Palacio, es cuando la Magistrada Aracelis Peralta me pidió vía telefónica que fuera a su oficina a conversar personalmente con ella, a donde me trasladé de manera voluntaria y sin que mediara citación por parte del Ministerio Público.

Concluida la conversación, la magistrada me dijo que debía acudir a conversar con el Fiscal Titular a su despacho, encontrándome que allí me esperaban con la prensa convocada por el Fiscal, y se me informó que quedaba detenido, para de esa manera publicar maliciosamente dicho acontecimiento.

Con actitudes como estas, los que ejecutan la ?Política de Género?, lejos de fortalecer a la familia y proteger a la víctima, hacen lo contrario. No se debe manejar así un accidente doméstico donde está envuelto el futuro de un niño, quien en modo alguno debe ser afectado por esta trama, lo cual importa poco a los que nos dirigen, ya que sólo les interesa el encubrimiento de su falsa reputación.

De nuestro lado pedimos excusas al país por este desagradable espectáculo, montado intencionalmente por el Ministerio Público que piensa más en “figurear” y beneficiarse en términos mediáticos, que en la lucha seria por la igualdad de género, en contra de la violencia intrafamiliar y a favor de la unidad de la familia, limitándose a librar una batalla farandulera y mediática.