Santo Domingo. «Lo más importante es una mamá», le dijo Margarita Cedeño a unos vecinos a quienes visitó en este barrio del Norte de Los Mina durante un «mano a mano» en el que vivió con intensidad la campaña electoral. En el entorno, una multitud de hombres, mujeres, niños y adolescentes gritaban entusiasmados «llegó mamá».



¿Será que Margarita comienza a ocultar su nombre como le atribuyen los peledeístas a Hipólito Mejía? ¿O será que la ven como una «mamá», como a Mejía lo ven como un «papá»?

Sin proponérselo, los peledeístas han tenido que admitir que la multitud grite que «¡Llegó mamá!» cuando Margarita hace aparición en escena. A ninguno se le ocurre decir que se trata de una «candidata sin nombre», como le atribuyen a Mejía, cuando la multitud grita, por igual que «¡Llegó papá!».



Independientemente de las interpretaciones que pudieran derivarse de esos dos «gritos de guerra», queda claro que, al menos en este caso, los peledeístas han resultado carentes de originalidad al imitar la consigna de su principal adversario, Hipólito Mejía, el viejo calvo que se siente feliz por llevar décadas «dando astillas», a su esposa, algo que disgusta a Alfredo Pichardo, presidente del movimiento «Los primeros de la 2 con danilo».

A lo largo de su recorrido de ayer, día martes, por Katanga, el Barrio Puerto Rico, Urbanización Moisés y Los Tres Brazos, la gente la recibió al grito de «¡Llegó mamá!».

Por Robert Vargas para el periódico digital ciudadoriental.org