Cerrar el estrecho de Ormuz es un derecho legítimo de Irán para responder a la imposición de sanciones por parte de la Unión Europea y las autoridades de la República Islámica lo harán «definitivamente”. Así lo afirmaron simultáneamente dos miembros del Parlamento persa, Heshmatollah Falahapisheh y Mohammad Kossari, en sendas declaraciones hechas ante los medios de comunicación locales.



La aplicación de esta medida por parte de Teherán ya fue calificada de ilegítima por los diplomáticos británicos y estadounidenses. Por su parte, Occidente amenazó con respuestas de carácter bélico para impedir el cierre de la principal vía marítima para los buques tanques que transportan el petróleo extraído en los países árabes.

El tema de la confrontación en el estrecho viene ventilándose entre ambas partes del conflicto desde el 27 de diciembre pasado. Ese día, el primer vicepresidente persa Mohamad Reza Rahimi mencionó la posibilidad del cierre de Ormuz para la navegación en vista de una inminente pérdida de ingresos petroleros. Los militares confirmaron su capacidad técnica de hacerlo realidad en el marco de un simulacro desarrollado en la misma zona marítima a comienzos de este mes de enero.



La historia de las sanciones contra distintos institutos y contra científicos iraníes en persona por estar implicados en proyectos nucleares, presuntamente no puramente pacíficos, es incluso mucho más larga. Por primera vez Occidente sancionó a varios de ellos en 2006, bajo la administración de George W. Bush. EE. UU. aplicó unas medidas restrictivas que posteriormente fueron apoyadas por los países europeos.

El estado persa desde entonces rechaza las acusaciones de que pretende hacerse con una bomba nuclear, acogiéndose a un programa pacífico. Al mismo tiempo, Teherán en varias ocasiones rompió el diálogo con el Organismo Internacional de Energía Atómica. En otros casos solo le ofrecía una parte de la información solicitada acerca de los proyectos energéticos sostenidos.

Fuente: actualidad.rt.com