Santo Domingo. Ya es parte de la historia, de un pasado reciente, aquella campaña de la que tanto se ha hablado que le hicieran a José Francisco Peña Gómez, en la década de los 90, por supuestos vínculos con el narcotráfico y la cual provino de sus adversarios de la época.

Pero también a Joaquín Balaguer, cuando se decía que tenía una fortuna en bancos fuera del país, y que al final lo único que se buscaba era un efecto político negativo para el extinto líder reformista, al igual que a Peña Gómez.



Es lamentable que una nueva generación de votantes, los que ya han votado en otras campañas, y otros, que ahora son nuevos votantes, se encuentre con esta barbaridad y bajeza política de quienes la ejerzan, de parte y parte.

Nuestros políticos deben saber y tomar en cuenta que en campaña sucia o con ella, no se consigue nada en lo absoluto, sobre todo porque hasta el más ignorante de los dominicanos sabe que es un recurso frívolo y vacío, por no decir rastrero.



Los principales partidos del escenario político dominicano (PLD-PRD) tienen mucho por donde cortar si de sacar trapos sucios se trata, pero no deben obviar a una clase social, que por ellos en muchos casos lo dejan todo por rendirle culto a ellos, trabajando por y para ellos, y a la postre hasta los olvidan cuando logran su objetivo.

Lo que está pasando en estos momentos es un caso muy lamentable, que la única repercusión que podría tener es una guerra en la que sacando los trapos sucios, sin tomarlo en cuenta, es llegar más lejos de lo que hoy nos imaginamos, y eso es grave.

En el corazón de un proceso electoral, traer por los moños cosas así es delicado, no solamente por lo de la Primera Dama, de quien hasta ahora tenemos la mejor referencia, sino también por las tantas declaraciones que hemos estado viendo y escuchando de parte y parte, buscando con ello desviar los mismos discursos de aliento que tanto hacen falta y necesitamos.

Si es verdad que el PRD está detrás de todo esto, está muy mal por ellos, y lo repudiamos, pero hay programas de radio, televisión y hasta prensa escrita que se dedican solamente a defender al PLD desafiando al primero, mencionando cosas del pasado o en campaña sucia, lo que también repudiamos.

Una campaña fuera de lo normal, nos deja claro saber cómo anda nuestra sociedad en cuanto a retroceso, lo que para muchos era ya una estrategia del pasado, un recurso anquilosado, obsoleto, que ni siquiera los nuevos líderes utilizan, precisamente por lo insignificante y lo poco representativo y delicado que es.

Quien denunció, suele estar muy seguro, ella optó por demandarlo, pero ambos tienen un gran reto por delante; él demostrar la veracidad de la información que dio a conocer y ella demostrar que no tiene cuentas en bancos extranjeros ni dinero en ellas, y así crecerse ante la opinión pública, de lo contrario no sabemos en manos de quién o de quiénes está el destino de ésta tan sufrida Partidocracia-Democracia. Ojo eh.

Por Robinson Galvez Lay