Un nuevo estudio elaborado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo en el Área de Ciencias Sociales y Humanidades deja evidenciada la marginalidad en la que se encuentra sumergida la mujer dominicana, datos actuales presentan la cruda la realidad de la República Dominicana en distintos ámbitos sociales.



Los datos más recientes acerca de la incidencia de la pobreza en el país establecen que a octubre del 2009 había 4,659,672 de personas pobres, de las cuales 1,899,977 eran indigentes, equivalente al 47.8% de la población y a 1,098,228 hogares . Aunque no se tiene informaciones actualizadas de esta problemática a nivel nacional con desagregación por género, los datos publicados por el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN) del Gabinete Social dan una idea de la magnitud de la pobreza según la condición de género: de 3,153,741 personas registradas como pobres, el 50.5% son mujeres; y de 840,817 hogares, el 65% tiene jefatura femenina .

El 51% de las mujeres ocupadas en el mercado de trabajo labora en actividades consideradas informales, lo que significa en sentido general, mayor nivel de vulnerabilidad, inseguridad laboral y desprotección laboral y social.



La forma en que mujeres y hombres acceden al empleo continúa reflejando una gran desigualdad. El hecho de que las empresas, instituciones públicas y demás lugares donde la gente trabaja sigan funcionando en base a un modelo ya superado, en el que se ve a los hombres como los únicos que llevan dinero a sus hogares, contribuye a generar una brecha salarial en la que las mujeres ganan ganan hasta un 19% menos que los hombres (por el mismo trabajo) en la región. A nivel del país, los datos indican que al 2009, las mujeres recibían un ingreso laboral promedio mensual equivalente al 79% del recibido por los hombres .

El problema del desempleo sigue afectando a las mujeres de todas las edades de manera mucho más acentuada que a sus pares masculinos. Al 2011, el desempleo femenino (21.5%) era un poco más del doble del masculino (10.1%) .

Las mujeres jóvenes son las más afectadas por la discriminación en el mercado laboral dominicano. Al 2011, el 39.3% de las mujeres jóvenes de 15-29 años estaban desempleadas, frente a una tasa de 18.8% de los hombres jóvenes del mismo rango de edad .

Otro aspecto de la discriminación económica que sufren las mujeres dominicanas está relacionado con la cantidad de años de educación que necesitan hombres y mujeres para participar en la actividad económica. Un análisis para el periodo 1995 – 2005, indica que no hay grandes diferencias entre los hombres en base a cuántos años de educación poseen para conseguir un empleo, mientras que las mujeres tienen que contar con por lo menos 10 años de instrucción para entrar al mercado de trabajo en números importantes . Los datos revelan que las mujeres ocupadas en el mercado laboral dominicano tienen en promedio mayor nivel de escolaridad que los hombres, donde las primeras tienen 10 años de estudios y los segundos llegan a 8.1 años .

Las mujeres dominicanas continúan segregadas en trabajos considerados ¨propios de mujeres¨, por tanto al 2011 son mayoría en las ramas de “otros servicios” (incluye actividades de apoyo y servicios comunitarios vinculados a educación, cultura, deportes, ventas informales, motoconchos, peluquerías, trabajo doméstico), hoteles, bares y restaurantes y comercio.

Un problema de fondo con la participación laboral de las mujeres en la economía dominicana es que los sectores donde más se insertan son actividades inseguras, inestables y de baja remuneración. Al 2011, el 47% de las mujeres ocupadas laboraban en la rama ¨otros servicios”, a la vez que representaba el 67% del total de personas de dicho renglón.

Con la caída en la actividad de zonas francas, de manera particular el subsector textil que utilizaba gran cantidad de mano de obra femenina, se redujeron las oportunidades de empleo formal, por lo que un grupo importante de operarias de zonas francas pasaron a la informalidad y al desempleo.

Al mismo tiempo, se presentan escasas oportunidades de empleo para las mujeres en sectores en auge de la economía. Por ejemplo, datos recientes sobre el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), uno de los sectores más importantes para el futuro de cualquier país, muestran que las mujeres sólo ocupan el 33% de los empleos en el sector TIC, frente a un 67% de hombres .

Estudio reciente realizado por el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), evidencia una alta brecha digital que desfavorece a las mujeres en el uso de las TICs en el país, ya que el 75.8% de las mujeres encuestadas en República Dominicana no ha usado el Internet en los últimos 12 meses, contra 24.2% que sí lo ha utilizado.

La forma de participación de las mujeres en el mercado de trabajo, puede influir en las posibilidades de contar con una seguridad social adecuada, especialmente tener una pensión digna y un buen seguro de salud. Al 2011, el índice de feminidad en la afiliación del régimen de capitalización individual era de sólo un 0.72. O sea, había 7 mujeres por cada 10 hombres. A este mismo año, la proporción de mujeres cotizando a seguros de vejez representaba el 77% de los hombres en igual condición . En términos de acceso al Seguro Familiar de Salud, los datos indican menor proporción de mujeres aseguradas a través del régimen contributivo, representando en 97% de los hombres afiliados, mientras las mujeres son mayoría dentro del grupo de personas beneficiarias del SFS por el régimen subsidiado .

Es oportuno destacar que un grupo importante de mujeres trabajadoras, como son las trabajadoras domésticas remuneradas, aún no están incluidas en el sistema de la seguridad social. Se estima que al 2011 habían 215,338 personas ocupadas en actividades domésticas, de los cuales el 90% son mujeres .

Otros componentes importantes del sistema de seguridad social para las mujeres es la creación de estancias infantiles y el seguro por maternidad y lactancia, cuya implementación está todavía muy atrasada. Según datos del Consejo de Estancias Infantiles, a julio 2010 el Sistema de Seguridad Social había registrado 61 estancias infantiles y dos hogares comunitarios con 5,761 niños y niñas.

En el ámbito educativo, los datos disponibles al 2010, evidencian que la cantidad de niñas matriculadas, tanto a nivel inicial como en básica era menor que la cantidad de niños, para índices de paridad de 96.6 y 95.7, respectivamente, por cada 100 varones. Mientras a nivel de educación media, las mujeres superaban a los hombres, es decir, estaban matriculadas 117 mujeres por cada 100 hombres .

Las mujeres representan el 62% de la matrícula universitaria. Sin embargo, persiste la segregación de las mujeres en áreas tradicionalmente consideradas femeninas, ya que del total de estudiantes matriculados en ciencias básicas y tecnologías, apenas el 32% son mujeres. En cambio, los hombres son el 68% de los matriculados en esas carreras. En tal sentido, es baja la participación de las mujeres en la mayoría de carreras de ingenierías el 6% del estudiantado en ingeniería electromecánica, el 20% en telemática, el 35% en ingeniería industrial, el 17% en ingeniería de sistemas, entre otros tipos de ingenierías . Esta situación está asociada a los estereotipos que se han creado en la sociedad, en el sentido de que estas carreras no son para las mujeres .

Las mujeres de todas las edades tienen la carga casi exclusiva del trabajo no pagado dentro del hogar, mientras que la gran mayoría de los hombres realizan trabajo doméstico solo durante su juventud. Aunque hay pocos datos sobre este tema, porque no se realizan encuestas de uso de tiempo como en otros países, sin embargo, a través de la Encuesta Nacional de Hogares (ENHOGAR) del 2006 realizada por la Oficina Nacional de Estadística, se muestra cómo 7 de cada 10 niñas y adolescentes entre 5 y 17 años de edad dedican mucho más tiempo a esas actividades que los chicos de su edad (solo 3 de cada 10 niños y adolescentes).

Trabajar por la igualdad y equidad de enfrenta numerosas limitaciones en el país, de índole económico, social, cultural, legal e institucional. Un indicador de esta situación es que los mecanismos gubernamentales para la equidad de género como el Ministerio de la Mujer y las Oficinas de Equidad de Género y Desarrollo de las diferentes instancias gubernamentales siguen recibiendo muy pocos recursos para desarrollar el trabajo que les compete en la solución de las problemáticas que afectan a las mujeres y en la promoción de la equidad e igualdad entre hombres y mujeres. Al 2011 , el presupuesto asignado al Ministerio de la Mujer fue sólo el 1.17% del presupuesto general de la nación. Esta situación se viene verificando desde hace años, pues al 2010 a este Ministerio le fue asignado menos del 1% del presupuesto nacional .