Has pensado alguna vez en lo difícil que es cuando una o varias personas se pelean por comentarios degradantes y se vociferan insultos. Familias se dividen y se siembra el odio por solo abrir la boca y dejar salir un chisme que de alguna manera afecta a otra persona. Jesucristo enseño que no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. Mateo 15.11… Si escuchaste sin querer una persona o un amigo comentar algo prejuicioso respecto a otra, no difundas ese comentario pues se ensuciara tu corazón y no edificaras al prójimo, promoverás divisiones y enfriaras con maldad el amor entre los seres. Arrepentirse es mejor, perdona y busca al único que tiene poder de liberarte del mal, Jesucristo.



Jonathan Arias Guevara