No sé si la sociedad me condene, pero, pienso que, unas de las instituciones más incompetentes que tiene nuestro país, (por más aportes del Estado y nuevas infraestructuras); es la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), un barril sin fondo que absorbe parte del presupuesto nacional, y que solo aporta profesionales que mañana posiblemente, seremos empleados mal remunerados o, en su defecto, unos desempleados más. Su fama de ser la mejor ya quedo atrás. Las universidades deben hacer también aportes científicos y sociales.

Son años solo de pleitos, crisis, muertos, huelgas de profesores, empleados, y escenario para protestar por todo menos por una verdadera Universidad, cuna de aspirantes a líderes y vividores, (salvo algunas excepciones, porque hay que reconocer que de ahí hemos salido buenos profesionales, pero diablos, ¡a qué precio!). Esta no parece una Universidad, sino, un centro de frustración y tortura de estudiantes, donde cualquier simple procedimiento se lo complican a usted, digo yo, para ver si aguantas, revientas o abandonas.



Me dio pena ver como a los graduandos el 24 de abril pasado, se les mojaban los títulos de graduación por el aguacero que cayó en la noche, porque no nos entregaron la Carpeta donde se supone debió estar el título de graduando (¡abusadores!), después de torturarnos en el Polideportivo Tony Barreyro (no sé quien fue ese señor), esperando a las “autoridades para comenzar el acto de graduación. Nunca, había estado en un lugar tan caliente y húmedo. ¡Jesús!, Tuvimos que aguantar hasta empujones para entrar, y ver personas peleándose por entrar; lo mismo para salir, una odisea. ¿No les alcanzaron los mil seiscientos cincuenta y cinco pesos (RD$1,655.00) que pagamos de derecho a graduación?, para las carpetas y alquilar un lugar más apto para graduar profesionales. (¡¡¡irrespetuosos¡¡¡), ustedes autoridades de la UASD.

Me arrepiento de haber asistido a ese vergonzoso acto, y de haber llevado mi familia, hasta me molesté con mamá que quería salir huyendo del Campus, me arrepiento de haber llamado irrespetuoso a un grupo de graduandos que se marchaban mientras el rector leía su discurso. Yo por respecto a usted señor Rector, a nuestra formación, me quedé, y lo escuché, y hasta interesante estaba, pero en esas condiciones no Sr. Rector, por favor nunca jamás; yo no sé los demás, pero yo, humildemente, exijo respeto; a usted y a la sociedad a la que sirvo, si no había condiciones para una mejor organización y lugar, mejor no hacer ese tortuoso acto. 1,231 graduandos a RD$1655.00 son RD$2, 037,305.00. Sin contar los que pagaron y no pudieron graduarse.



La nota discordante, y hasta jocosa, fue ver unos aparatos móviles para refrescar ese horno de lugar, supuestamente acondicionadores aire, que en vez de tirar aire, NOS TIRABA AGUA.

El 11 de mayo, envío a mi esposa recoger la supuesta Carpeta para Diploma (RD$250.00), que para mí ya no tiene mucho sentido, pero ni modo, es mi dinero y mi derecho, y no tengo porque dejársela a nadie que la coja para guardar papeles, y se encuentra con un grupo reclamando su Carpeta, le informan que “se agotaron, que van a hacer más”, pero como se agotan, si hoy es que iban a comenzar a repartirlas, y no han dado ni la primera. Según mi esposa, observó a una muchacha llorando de impotencia porque se había desplazado desde lejos a buscar su Carpeta. Cuando se retiraba, un señor la llama, (parece que le gustó su trasero), y le pregunta que ella busca, que venga, que él le va a conseguir la carpeta, el señor entró a la imprenta, y lo demás es cuento, nunca salió. ¡Coñ . . . que burla!…

El libro de graduandos deja mucho que desear, no sirve solo para resaltar quienes son las autoridades y ver sus fotografías, pero no se toman el tiempo y la delicadeza de preparar algo que sirva, a la altura de una “Investidura Ordinaria”, de profesionales meritorios, y hasta con honores. Usted no sale en el libro, no sale ni su foto, ni su nombre, y es usted el que se gradúa.

Sigan ahí, improvisando, reclamando más millones, y, humillando al pueblo (a los estudiantes), que algún día la vaca dejará de dar leche . . . ojo, no soy un profesional frustrado, esta es mi segunda carrera . . . y, pienso seguir estudiando, lógico, no en la Autónoma de Santo Domingo. ¡Respeto y consideración, por favor . . .!

Por Jhonny Rosario