LAS VEGAS. El campeón mundial peso welter Manny Pacquiao dijo estar rejuvenecido en cuerpo y alma para defender su título ante el estadounidense Timothy Bradley, pero el retador asegura que el astro filipino debe prepararse para caer de su altar tras el combate del sábado.

Pacquiao (54-3-2, 38 nocauts) expondrá ante Bradley en la Garden Arena del hotel-casino MGM Grand de Las Vegas la faja welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), que le arrebató en noviembre de 2009 al puertorriqueño Miguel Cotto.



Ambos contendientes marcaron este viernes sin dificultad el peso límite de la categoría, con el filipino deteniendo la báscula en 147 libras y el norteamericano en una libra menos.



«El (Pacquiao) está agotado, cansado, lo puedo ver en sus ojos, en las arrugas», dijo poco antes del pesaje de este viernes Bradley, invicto en su carrera con 28-0 y 12 nocauts, pero quien está debajo en las apuestas 5-1.

«Este muchacho no está listo para mí», añadió el norteamericano de 28 años, cinco años más joven que Pacquiao.

Aunque Pacquiao es el favorito, su poca convincente victoria por decisión sobre el mexicano Juan Manuel Márquez en noviembre, junto a frecuentes calambres en las piernas en sus peleas más recientes, ponen muchas interrogantes sobre sus oportunidades para este nuevo pleito.

Pacquiao, quien ha ganado títulos mundiales en ocho categorías diferentes, ha dicho que sus preparativos para su última pelea contra Márquez se vieron obstaculizados por sus problemas matrimoniales, algo que ahora asegura ha quedado en el pasado gracias a que ha encontrado a Dios.

Un nuevo Pacquiao pasa más tiempo estudiando la Biblia en lugar de andar por los casino jugando, bebiendo y rodeado de mujeres, como estuvo haciendo hasta hace poco.

El promotor Bob Arum aseguró en estos dias que la vida de Pacquiao iba «descendiendo por las vías» antes de su despertar espiritual.

Empero, el entrenador de Pacquiao, Freddy Roach, sostuvo que su pupilo «está tan feliz» como puede serlo un hombre con su conciencia tranquila, y mejor preparado que antes de su última pelea.

«El sólo perdió el foco un poco, pero miró atrás, vio su vida, no le gustó, y cambió», aseguró Roach, el hombre que ha llevado la carrera de Pacquiao por casi una década.

Roach dijo que el cambio ha continuado en el gimnasio, pero Bradley mostró su escepticismo y tuvo duras palabras para la reciente conversión cristiana de Pacquiao.

«El está por aquí, por allá, está fornicando, y ahora tiene su religión», manifestó Bradley. «Eso le ayudará, pero no hay que tirarle la religión en la cara a la gente. Ir por ahí diciendo: ‘Créeme’, y luego tener tres fotos tuyas y no una de Dios».

Cualquiera que sea la verdad sobre la búsqueda espiritual de Pacquiao y su impacto en sus capacidades físicas, el entrenador de Bradley, Joel Díaz, dijo que la pelea del sábado será pura y simplemente «un duelo habilidades sobre el ring».

«Manny es un peleador unidimensional», afirmó Díaz. «El descarga una gran cantidad de golpes, pero es imprudente a la hora de hacerlo».

«El no se centra en su defensa. Se le puede contragolpear toda la noche. Y Tim es un peleador que puede mover sus pies y ser lo suficientemente inteligente como para hacer los cambios que necesita encima del ring», añadió.

El programa del sábado en Las Vegas también incluye de respaldo el pleito en el que cubano Guillermo Rigondeaux hará la primera defensa de su corona supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), ante el estadounidense Teon Kennedy.

AFP