Las comidas malsanas, como los dulces y las papitas, son más atractivas cuando las personas no han dormido lo suficiente, sugiere una investigación reciente.



Cuando los investigadores examinaron las áreas del cerebro que eran más activas mientras las personas observaban alimentos sanos o malsanos, hallaron que los centros de recompensa del cerebro se activaban cuando los voluntarios privados de sueño veían imágenes de alimentos malsanos.

«Hallamos que regiones asociadas con la recompensa y la motivación, las que tienen que ver con las conductas de adicción y de búsqueda del placer, se activaban con mayor potencia en la fase de falta de sueño», señaló Marie-Pierre St-Onge, asociada de investigación del Centro Hospitalario St. Luke’s Roosevelt y profesora asistente del Instituto de Nutrición Humana de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.



Los hallazgos del estudio se presentaron el domingo en la reunión anual de las Sociedades Profesionales del Sueño Asociadas (Associated Professional Sleep Societies), en Boston.

Un segundo estudio de tamaño reducido de la misma reunión no halló una gran diferencia en la activación de los centros de recompensa del cerebro en las personas que estaban cansadas. Sin embargo, los investigadores, de la Universidad de California, en Berkeley, sí hallaron una actividad significativamente perjudicada en un área del lóbulo frontal del cerebro. Esa área del cerebro ayuda a controlar la conducta y a tomar decisiones complejas. Cuando las personas eran privadas de sueño y luego se les presentaban imágenes de comidas malsanas, esa área del cerebro no respondía bien, lo que haría que elegir comidas sanas fuera más difícil.

El estudio incluyó a 16 jóvenes adultos sanos que se sometieron a imágenes por resonancia magnética funcional (IRMF) una vez tras dormir toda la noche y una vez tras 24 horas de privación del sueño. Durante cada prueba, se les pidió que calificaran su deseo por 80 alimentos distintos.

El estudio de St-Onge incluyó a 25 hombres y mujeres de peso normal que se sometieron a IRMF tras cinco noches de sueño restringido (de cuatro horas por noche), y una vez más tras cinco noches en que se les permitió dormir durante nueve horas.

Mientras estaban en la máquina de IRMF, se les mostraron imágenes de alimentos saludables, como frutas, verduras y avena; de alimentos malsanos, como dulces o pizza de pepperoni; y de artículos que no eran comida, por ejemplo suministros de oficina.

Hallaron que los alimentos malsanos activaban áreas del cerebro consideradas como centros de recompensa solo en personas cuyo sueño se había restringido. Cuando a esas personas se les permitió descansar toda la noche, no mostraron esa activación en el centro de recompensas del cerebro al ver la comida malsana.

«Creo que se relaciona con el control cognitivo», explicó St-Onge. «Uno está menos alerta cuando se siente cansado y privado de sueño. Aunque uno sabe que probablemente no deba comer ciertos alimentos, cuando se está cansado quizás simplemente decida hacerlo».

La dietista registrada Samantha Heller señaló que los hallazgos del estudio no le sorprenden.

«Tiene sentido que cuando uno está fatigado, el cuerpo desea alimentos ricos en calorías que provean energía rápida», apuntó Heller, coordinadora de nutrición clínica del Centro para la Atención del Cáncer del Hospital Griffin, en Connecticut. «En un sentido evolutivo, hacerlo proveería una ventaja porque cuando uno come experimenta un aumento de energía momentáneo».

En la sociedad actual, la comida a la que la gente con frecuencia recurre para obtener esa energía rápida son los carbohidratos procesados, en lugar de una fruta. Pero comentó que el aumento momentáneo de los alimentos procesados no dura mucho, e intentar comer para compensar por la privación de sueño simplemente no funciona.

Una mejor opción es mantener alimentos sanos a la mano, tanto en casa como en el trabajo, de forma que elegir una opción sana sea fácil, aconsejó Heller.

St-Onge dijo que un mensaje claro de su estudio es que dormir suficiente cada noche es importante. Sugirió entre siete y ocho horas por noche.

«Es particularmente importante si intenta perder peso», apuntó, porque si no se duerme lo suficiente se pueden elegir los alimentos erróneos.

Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Fuente Holadoctor.com (HealthDay News)