Existe gente que le gusta vivir la vida al límite, y exprime sus días siempre al máximo a un ritmo vertiginoso, sobrepasando cualquier marco coherente y/o prudente y haciendo que el peligro esté siempre ahí al acecho preparado para tirar sus vidas por el precipicio. Otros se toman las cosas con más calma, pero llevan lo de vivir al borde del abismo a una literalidad absurda, como el ocupante de esta casa que parece a punto de despeñarse desde lo alto de un edificio. La verdad, yo no sé si dormiría muy tranquilo ahí arriba.



“Fallen Star”, así se llama esta obra de arte, es una instalación realmente espectacular (ni que sea por la complejidad de su montaje), y para Do Ho Suh, que llegó a los Estado Unidos el 1991 y sufrió un difícil período de adaptación a la vida americana, representa y está inspirada en los conceptos de “hogar” y “desplazamiento cultural”. Sea como sea, y con lo difícil que está hoy en día el tema de la vivienda, seguro que aún y en esas condiciones habría muchas personas dispuestas a vivir al borde del precipicio.



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