Hay dos caminos para lograr una promoción en el trabajo: clavarle un puñal por la espalda a tus compañeros, ser despiadadamente competitiva, y regar rumores dañinos por todos lados; o darle al trabajo un 180% de dedicación, utilizar tus contactos , y saltar ante la oportunidad de asumir más responsabilidades. Es una situación clásica de chica buena vs. chica mala y, finalmente, las chichas buenas están ganando. ‘El trabajo duro y la dedicación, tiene más a ganar recompensas que la adulación y las puñaladas por la espalda’, dice la sicóloga ocupacional Ana Morales. ¿Y quién no prefiere salir adelante por sus méritos, que por su malicia? Aquí tienes la guía de la buena gente para el éxito profesional:



Da un poco más: de aprendiz a empleada. 
Estar en un rango tan bajo, al menos tiene una ventaja: nadie espera de ti que seas una experta, así que tus logros serán doblemente impresionantes. Dedícate en cuerpo y mente a tu trabajo, trabaja los fines de semana, reorganiza los muebles de la oficina y hazte cargo de la biblioteca. Haz lo que te pidan, y como recompensa, te darán tareas que no le confían a los aprendices graduados. Pregúntate lo que necesita la compañía para el cargo que quieres, y compórtate como si ya lo desempeñaras.

Aprende con rapidez: de empleada a administradora. 
Hacer tu trabajo con una sonrisa ya no basta, si es que deseas seguir escalando hacia la cima profesional. El jefe te observará para ver si eres rápida y eficaz para resolver problemas y cumplir con tus asignaciones, y si tus ideas con prácticas e innovadoras.



-Impresiona a tu jefe recordando datos importantes, como la fecha en que la compañía abrió una sucursal en Australia, quién edita su catálogo, etc., y adquirirás fama de competente.

-Mantente alerta sobre los rumores de la ‘red’ extraoficial que funciona en la oficina, sé buena oyente, y nunca rechaces una oferta de tomar un trago después del trabajo.

-Coopera con tus colegas y ayúdalos en todo momento… ganarás aliados.

-Apoya las ideas de tus colegas, menciónalas en las reuniones… lucirás como una experta y como una mujer generosa.

-Aprende a decir lo que piensas, y recuerda que mientras más corta la oración, más impactante resulta.

Hazte visible: de administradora a supervisora de departamento. 
El jefe quiere saber si eres capaz de entrenar, motivar y administrar a los demás. ¿Puedes llevar a cabo un proyecto, de principio a fin, manteniéndote dentro del presupuesto y cumpliendo con las fechas de cierre? Tu reto es hacerte notar y probar que eres una líder, aunque tu actual posición no exija que supervises a los demás ni que lleves a cabo importantes proyectos.

Hazte visible, y si no existe una manera de hacerte notar, ve a todas las reuniones de trabajo, incluso las menos cruciales, porque te ofrecen la oportunidad de entablar relaciones; y habla en cada una de ellas.

Piensa y habla en GRANDE: de supervisora a jefe. 
¿Tienes una visión para vislumbrar hacia dónde se dirige la compañía? ‘Los administradores no se limitan a implementar las ideas de otros’, dice Ana. ‘Debes ser una innovadora’. Por supuesto, el concepto de lo que es innovador varía según la industria y la compañía. Averigua cómo los altos ejecutivos alcanzaron su puesto, y usa esas ideas como modelos para desarrollar tu estrategia para el éxito.

Asegúrate de que sabes exactamente dónde quieres dirigirte. Necesitas tener modelos para emular y trabajar muy duramente para superarlos. Yo convertí casa tropiezo que tuve, en una oportunidad para triunfar.

Fuente: revistafucsia.com