AURORA, EEUU. Una noche de diversión en el estreno del último filme de la saga de Batman se convirtió el viernes en un horror: los espectadores se zambulleron bajo las butacas para ocultarse de un enmascarado tirador, pensando inicialmente que se trataba de parte del espectáculo.




Cientos de fans atiborraban un cine de Aurora, un suburbio de Denver, Colorado (centro), para el estreno de medianoche de «The Dark Knight Rises», cuando de pronto se desató el infierno.

«Creo que mucha gente pensó que se trataba de parte de la película. Y luego caes en la cuenta de que no», dijo a la AFP Erin Post, de 15 años, que asistía a su primer estreno de medianoche, al describir el momento en que estalló la primera bomba de humo.



Tanner Coon, de 17 años, y sus amigos, estaban sentados a cuatro filas en la parte de arriba del cine, cuando el tirador, con una máscara, emergió de una puerta y comenzó a disparar.

«Estaba intentando salir y caí sobre una señora que estaba cubierta de sangre. Le dije: ‘tenemos que salir, tenemos que salir de aquí’. No hubo respuesta y asumí que estaba muerta», dijo Coon a la AFP en el lugar de los hechos.

La policía arrestó al sospechoso -James Holes de 24 años- en la parte trasera del teatro poco después de la masacre que dejó 71 víctimas, entre ellas 12 muertos y muchos heridos en estado crítico.

Chris Ramos explicó como, al igual que mucha gente, primero asumió que lo que ocurría era parte del espectáculo.

«Habían pasado 15 o 20 minutos de iniciada la película (…) había una escena de acción cuando ocurrió el tiroteo», dijo a CNN.

«Al principio pensamos que era parte del espectáculo, porque pensamos que estaban intentando promocionar la nueva película de Batman a la gente y tirando cosas», agregó.

Explicó que «en la penumbra, parecía que podía ser un juguete murciélago o algo por el estilo, y cuando pasó, hubo una explosión y había humo saliendo y un olor raro».

Lejos de la escena de la masacre, la policía interrogaba a los espectadores ilesos en un colegio secundario cercano.

Padres y familiares de los espectadores comenzaron a llegar para averiguar la suerte de sus seres queridos.

Paul Smith había dejado a su hermana de 14 años, Dana, y no sabía nada de ella desde una rápida comunicación telefónica pasada la medianoche.

Rodney Haines buscaba información sobre su hijo homónimo de 29 años.

«Su nombre no está en ninguna lista», dijo Haines padre a la AFP. «He llamado a algunos hospitales. Ahora tengo que ir a buscar a mi esposa».

Junto a una minivan verde, un hombre de mediana edad lloraba desconsoladamente, mientras un pastor y policías voluntarios intentaban consolarlo.

El departamento del sospechoso, a pocas millas de distancia, también era centro de atención. La policía y el escuadrón antiexplosivos utilizaron una escalera móvil para inspeccionarlo a través de una ventana, y rápidamente anunciaron que estaba lleno de explosivos.

Un estudiante de farmacéutica llamado Ben, que vive en el mismo edificio -que fue evacuado temprano- dijo al diario Denver Post que Holmes no era sociable y que no saludaba a los vecinos cuando se cruzaban en los pasillos. «Nadie lo conocía, nadie», dijo.

AFP