RUSIA.- En Rusia se celebró la final del concurso Señora Universo 2012. La colombiana Layla Matrínez fue reconocida la mujer casada más bella del planeta. Por detrás de ella quedó la representante de EE.UU. y el tercer lugar lo ocupó una ciudadana de Kenia. La rusa Ivetta Shevchenko recibió el título de Señora Belleza.



Layla Martínez, que superó a las mujeres más bellas de 30 países del mundo, es madre de una niña de seis años y lleva casada ya más de diez años. A la edad de 26, Martínez, abogada de profesión, es presentadora de televisión y encabeza dos fundaciones benéficas que se ocupan de los problemas de la violencia doméstica contra los niños. Es aficionada al deporte y practica patinaje de velocidad, Kangoo Jumps y boxeo, entre otras actividades.

Según elintransigente.com, el concurso lleva celebrándose ya más de 40 años, pero por primera vez su final tiene lugar en Rusia. Y no en la capital, sino a unos mil kilómetros de Moscú. Las participantes de todo el mundo fueron a Rostov del Don por la victoria de una ciudadana de esta ciudad en el año 2011.



El concurso con los trajes nacionales parecía un carnaval, los espectadores admiraban a cada una de las participantes. Los organizadores, a su vez, advirtieron que la belleza no era bastante para ganar. “Cuando dicen ‘un concurso de belleza’, enseguida uno se imagina a modelos que caminan, sonríen y ya está. Lo que queremos es elegir a una mujer del siglo XXI que tenga rasgos de líder”, dice Megi Savova, una de los organizadoras del evento.

“No lo llamen concurso, es un foro al que llegaron no solo mujeres hermosas, sino también damas que pueden reflexionar sobre problemas importantes”, dijo. Así, además de las sesiones de fotos y excursiones planeadas, las mujeres discutieron problemas globales. Los niños abandonados fue la cuestión más importante para ellas, todas juntas buscaron posibles soluciones para este azote de la sociedad moderna.

“¡Estoy muy feliz!”, dijo Layla Martínez, que después del concurso llamó a su hija a Colombia y le dijo “te voy a llevar la corona a casa”.