En la década de 1920, la necesidad de restringir el uso de drogas en el deporte ya era evidente. Actualmente, hasta hay una Agencia Mundial Antidopaje y se estima que se practican ¡alrededor de 45 mil muestras de orina anuales! antes de las olimpiadas para asegurar que los participantes no hayan usado sustancias ilegales.



Hoy en día, entre las drogas que suelen usar los deportistas para incrementar su rendimiento físico, se encuentran las hormonas del crecimiento, conocidas como hGH (que es la abreviación de la hormona de crecimiento humano o growth hormone en inglés) o rhGH (otra abreviación la misma hormona de crecimiento), y los esteroides anabólicos.

Estas sustancias son particularmente peligrosas y desafortunadamente, no sólo los deportistas a nivel internacional las consumen. Muchas personas las usan para entrenar a diario, para mejorar su rendimiento en el gimnasio o simplemente para verse más musculosas. Pero como todas las drogas, estas sustancias tienen riesgos para la salud. Por eso aquí te contamos de qué se trata cada una de ellas, cuales son los efectos que producen y cuáles los riesgos que provocan.



Los esteroides anabólicos son drogas relacionadas químicamente a la principal hormona masculina, la testosterona, y sus compuestos pueden contener otras hormonas como nandrolona (Deca-Durabolin), estanozolol (Winstrol) y oximetolona (Anadrol), entre otras.

Si bien los esteroides pueden aumentar la masa muscular y la fuerza, también tienen muchos riesgos para la salud y su uso ilegal es peligroso, ya que puede generar daños físicos y emocionales.

Por ejemplo, a las mujeres puede provocarles crecimiento de pelo en la cara y el cuerpo, engrosamiento de la voz, periodos menstruales irregulares, aumento del apetito y crecimiento del clítoris. A los hombres, en cambio, puede producirles crecimiento de senos y reducción de los testículos.

En ambos casos, los esteroides pueden provocar acné severo, calvicie o pérdida de pelo, anormalidades y tumores en el hígado, coágulos de sangre y enfermedades del corazón, y cambios en el estado de ánimo que pueden incluir explosiones de ira o comportamiento agresivo, paranoias (ver u oír cosas que no existen) y alucinaciones.

La hormona humana del crecimiento o hGH, en cambio, es producida naturalmente en el cuerpo por la glándula hipófisis (pituitaria) que se encuentra en el cerebro. Su falta puede causar retraso en el crecimiento. Por eso, los científicos han desarrollado combinaciones genéticas de hGH o rhGH para tratar ese problema, aunque a veces se aplica para otras condiciones.