Steve Siebold, un popular experto en la formación de vendedores y autor de varias publicaciones dedicadas a las fórmulas del éxito, ha publicado un libro dedicado a las diferencias sicológicas entre personas con distintos ingresos.



Actualidad.rt nos cuenta que Siebold estuvo entrevistando durante casi tres décadas a millonarios de todo el mundo para llegar a la siguiente conclusión: la diferencia tiene poco que ver con el dinero como tal. Todo está en la mentalidad.

«Ellos [personas de clase media] dicen a los demás que están conformes con lo que tienen”, asegura Siebold y añade que “una persona media tiene el cerebro lavado con la idea de que los ricos son afortunados o deshonestos”. Según el autor, mientras que en comunidades de menores ingresos se considera algo vergonzoso hacerse rico, los propios ricos creen que aunque el dinero no garantiza la estabilidad, hace la vida más cómoda y fácil.



Una de las diferencias más importantes en el pensamiento de la gente rica y de clase media, es que los segundos viven de los buenos recuerdos, mientras que los ricos sueñan con un brillante futuro.

«Los que se hicieron millonarios por sí mismos son ricos porque apostaron por ellos mismos y habían puesto sus sueños, objetivos e ideas en el incierto futuro”, escribe Siebold y continúa: “personas que creen que sus mejores días ya han pasado raras veces llegan a ser ricos y con frecuencia experimentan tristeza y desilusión”.

Otra diferencia importante: “Los pobres están seguros de que la excesiva seguridad en sí mismos es una lacra importante. Mientras que para los ricos esa es precisamente una ventaja”.

“Los pobres se ganan la vida trabajando en un trabajo que no les gusta. Los ricos ganan mucho dedicándose a su labor predilecta”.

Otros “distintivo” de los millonarios son: los ricos se enfocan en ganar el dinero y no en ahorrarlo; los ricos se apasionan por la acción, mientras que los de clase media tienen la mentalidad de la «lotería»; los ricos no esperan que alguien los rescate (como por ejemplo un político); los ricos no miran al dinero con emoción, sino con lógica.

Como un importante factor del éxito reconoce que «muchos representantes de la clase alta tienen poca educación formal y su riqueza se debe a la adquisición y subsiguiente venta de sus conocimientos específicos”, mientras que “la mayoría de las personas están seguras de que los grados de licenciado o doctor les abrirán las puertas a la prosperidad”.

Y quizá el postulado más importante: “Los ricos no están interesados en los medios, sino en alcanzar el objetivo”.