Creer de manera muy intensa en la suerte, en la fe o en el destino puede tener sus riesgos: quienes tienen este tipo de creencias suelen llevar un estilo de vida poco saludable, en comparación con los no creyentes, según lo hallado por investigadores australianos.



«Esta investigación muestra un vínculo directo entre la personalidad y el estado de salud que debería ser tomado en cuenta en la lucha contra la obesidad», comenta la Dra. Deborah Cobb-Clark, del Melbourne Institute of Applied Economic and Social Research, en Australia, y directora del estudio.

Fuente Holadoctor.com