Santo Domingo. La justicia en República Dominicana se está manejando de una manera muy errática en los últimos tiempos y lo evidencia en su desigualdad al enfrentar algunos casos.



El 24 de julio de este año El juez Alejandro Moscoso Segarra, de la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, en jurisdicción privilegiada, impuso la medida de coerción de una garantía económica de RD$500 mil e impedimento de salida al ministro consejero de la embajada en Nicaragua, José Adames Sánchez, acusado de violencia intrafamiliar contra su compañera sentimental Yeny Montero.

A ese embajador se le impuso presentación periódica por ante el Ministerio Público encargado de violencia de género de la Procuraduría General y escuchar charlas en el centro conductual para hombres.



Ayer en al tarde la jueza de la Novena Sala Penal del Distrito Nacional, Rosanna Vásquez Febrillet, dejó sin efecto la orden de arresto en contra bailarina Yuly Mercedes López, que acusó de agresión al merenguero Antonio Peter de la Rosa (Omega). Luego que ella admitiera haber mentido porque estaba celosa y que en ningún momento el mambero de calle le llegó a golpear.

¿Si la joven que acusó de agresión a Omega está libre, por qué Antonio Peter de de la Rosa está preso aún? Por qué la justicia favorece a un embajador para que no sea llevado a prisión y dejan en la cárcel a un ciudadano que aunque ha tenido un historial de agresión está preso bajo una falsa acusación?