Si alguna vez te preguntaste en qué gastan todo su dinero, aquí tenemos algunas respuestas:



Bellas mujeres: Los narcotraficantes tienen debilidad por las mujeres hermosas; reinas de belleza, actrices o modelos con voluptuosos atributos, mujeres a las que llenan de lujos sin precedentes y que pueden ’comprar’ con su descomunal poderío económico. Las actrices y modelos Alicia Machado, Arleth Terán y Silvia Irabién «La Chiva», por ejemplo, fueron ligadas sentimentalmente a capos reconocidos, como José Gerardo Alvarez «El Indio», Édgar Valdez Villarreal «La Barbie» y el mismo «JJ», José Jorge Balderas, respectivamente.

Mansiones: Casas en zonas residenciales o exclusivas colonias, ranchos escondidos o en áreas de difícil acceso, lugares que son un verdadero paraíso. Decoraciones excéntricas, amueblados de lujo, piscinas hechas en grutas e incluso zoológicos privados conforman las casas de los capos de la droga. Les gusta vivir entre finos acabados y contar con todas las comodidades posibles.



Fiestas lujosas: Cuando de divertirse se trata, no escatiman recursos. Los líderes de la droga gustan de las celebraciones ostentosas y literalmente echan la casa por la ventana; contratan desde figuras de la música norteña hasta artistas de peso internacional. Ramón Ayala, artista mexicano ganador de cuatro premios Grammy, la popular «Paquita la del Barrio», Los Tucanes de Tijuana, Alejandra Guzmán, Juan Gabriel han sido mencionados en una larga lista de los que amenizan las llamadas ’narcofiestas’.

Mascotas exóticas: Los barones de la droga poseen cuanta cosa puedan desear. Cuando se catean sus domicilios particulares es común encontrar zoológicos con especies exóticas. Sólo hay que recordar las imágenes que le dieron la vuelta al mundo en octubre del 2008 de la opulenta casa de campo del cártel de “Los Beltrán Leyva” ubicada en el Desierto de los Leones. En esta propiedad fueron encontradas varias jaulas con tigres siberianos, panteras, leones y hasta un simio.

Oro y piedras preciosas: Ostentan su poder hasta en sus armas; son de diferentes calibres y hechas especialmente para ellos de oro puro con incrustaciones de piedras preciosas (esmeraldas, rubíes, diamantes y otras). También gustan de cubrirse de joyas y relojes de gran valor. Sombreros con placas de oro, celulares con diamantes, cadenas de varios quilates, entre otros artículos.

Sofisticada tecnología: Equipos de visión nocturna, aviones ultraligeros, teléfonos satelitales, radios encriptados, lo último en tecnología de navegación (GPS); cuentan con los mismos recursos tecnológicos que podría tener cualquier empresa y además, están muy bien organizados.

Por si lo anterior fuera poco, llevan su derroche en lujos hasta la tumba, como una manera de exhibir su estatus y posición dentro de la delincuencia organizada. Algunas de las tumbas que son la última morada de los narcos, bien podrían ser habitadas por los vivos. Por ejemplo, en Jardínes de Humaya, Sinaloa reposan los restos de “Nacho Coronel” en un mausoleo construido con mármol, adornos de oro y piedras preciosas, línea telefónica, y hasta equipo de sonido y aire acondicionado.

Fuente: voces.huffingtonpost.com