WASHINGTON. El gigante de internet Google, ya enredado en problemas con los reguladores de competencia europeos, se acerca también a su hora de la verdad del otro lado del Atlántico.

La Comisión Federal de Comercio (FTC), guardiana de la competencia en Estados Unidos, debe decidir en las próximas semanas si da un paso más en una investigación sobre el grupo revelada en junio.



Mientras, según la prensa, se acerca la decisión, un legislador demócrata de Colorado, Jared Polis, advirtió contra el riesgo de «comprometer el importante servicio prestado por Google». Para el congresista, «la FTC debe proceder con cautela respecto a la investigación sobre Google, Facebook o cualquier otra empresa tecnológica, teniendo en cuenta el dinamismo de nuestro sector tecnológico», señaló.

Los críticos subrayan que Google controla 70% de las búsquedas en internet y la publicidad que las acompaña, y que su sistema operativo para móviles Android está en dos tercios de los teléfonos multimedios.



Consciente de esta influencia, tiene » prácticas que empujan los precios al alza, y la competencia a la baja», dijo Ben Hammer, de la asociación Fairsearch.gov.

Hamer cuenta entre sus miembros con agencias de viajes en línea como Expedia y Kayak, el fabricante de teléfonos móviles Nokia y Microsoft -esta última acusada de abuso de posición dominante hace unos años debido a su sistema operativo para PC Windows-, y firmó una de las demandas por abuso de posición dominante presentada contra Google en Bruselas.

Google es acusado de dar prioridad a sus propios servicios (videos de su filial YouTube, viajes, publicidad de restaurantes) en los resultados de búsqueda que ofrece a los internautas, una práctica que se encuentra también en el centro de la investigación abierta desde el año pasado por la Comisión Europea, pero que su presidente, Eric Schmidt, ha negado.

También está en la mira de las autoridades europeas de protección de datos, que acaban de darle «tres o cuatro meses» para modificar sus políticas de confidencialidad.

Y se encuentra en una disputa más en Francia con los editores de prensa, que exigen la creación de un impuesto similar a los derechos de autor para los motores de búsqueda que utilizan indirectamente sus contenidos, a lo que Google amenaza con no referenciar a los medios de comunicación en sus sitios.

«Ellos me recuerdan mucho al Microsoft de los años 1990, enormemente arrogante, dan la impresión de que pueden hacer lo que quieran», dijo Rob Enderle, un consultor de Silicon Valley.

«Las empresas que van en esta dirección son susceptibles de ponerse al gobierno en contra, quizás de manera catastrófica», añade.

Algunos analistas creen, sin embargo, que la acción de los reguladores de Estados Unidos será delicada.

Es difícil determinar si una búsqueda es «justa», señala Danny Sullivan, editor del blog Search Engine Land, para quien «el gobierno debería mantenerse al margen de eso».

Montar un caso contra Google lo expondría a aventurarse en territorios legales «desconocidos», advierte también Glenn Manishin, un abogado de Washington especializado en competencia, que considera el caso muy diferente al de Microsoft, en el que defendió a los demandantes del gigante informático.

«No hay nada que obligue a los usuarios a utilizar Google para la búsqueda y la publicidad», dijo. «No es la única manera de ir a donde tú quieras. Windows sí lo era, porque estaba en el 95% de las computadoras. Otras compañías pueden entrar en el mercado de la búsqueda en internet, y lo hacen».

AFP