Una buena población se cimienta en principios y normas con raíces en el Estado, fruto de un seguimiento permanente para superar posibles debilidades y afianzar la confianza en las personas.

Se trata de la sujeción al hacer y deshacer de los individuos, expresada en reglas claras para una mejor convivencia humana. Esto precisa predicar con el ejemplo. ¿Qué clase de ciudadanos se desean para un buen país? ¿Qué modelo de hijos desean los padres?



Sin pretender un país celestial, el modelo de personas depende esencialmente de la educación permanente y la prevalencia del respeto a las normas. Si quienes aplican las leyes las infringen para su provecho, dan notaciones negativas que contribuyen al daño de una obra de bien.

Los escándalos dañosos han existido a lo largo de la historia, pero en algún momento hay que ir trabajando para que cada vez sean menos, para que los principios se sobrepongan a la deshonestidad.



Hay que reconocer que en nuestro país abundan los hombres de bien, pero nunca faltan los que como se dice popularmente “meten la pata.” Si esto ocurre, arrepiéntase no incurriendo en lo mismo.

De todo hay en la viña del señor, pero no sigas el carril equivocado. Siempre hay tiempo para recapacitar, para ser mejor, para ser ejemplo positivo. Para vivir el poco tiempo que el hombre habita en este campo de batalla llamado tierra no se necesita mucho, porque no se llevarás absolutamente nada.

En fin, la persona se va tal como vino: SIN NADA. Y si pides que lo entierren con todos sus bienes no podrás utilizarlos y es probable que sea saqueada la tumba si no la custodian, porque ya ni los muertos están tranquilos en este país.

Alégrese con lo ganado con honradez. Salvo que seas mago o se gane un premio gordo, no hay modo de hacerse rico de la noche a la mañana. Si es rico va a dejar problemas con los herederos conflictivos.

No es que esperes que todo le caiga de del cielo, no. Es bíblico que se gana el pan con el sudor de su frente, no pidiendo.

Lo más preciado es la libertad, abrácela. Ame a su familia y a los buenos vecinos pues en algún momento los necesitarás. No creas que lo puedes todo, no. Puedes tener el mundo “en tus manos” si posees “todo”, pero es posible que en un momento determinado ese que no tiene nada sea su salvación.

Respete a todos por igual al margen de su statu social y no olvides que los padres son usualmente el modelo de los hijos.
Otra cosa, la vida es hoy. Jamás vivirás el mañana. Trate de ser feliz sin dañar ni tomar lo que no te perteneces, pues tarde o temprano la vida misma lo cobrarás.

Por Candida Figuereo