Hay gente que no puede reírse, por que si lo hace se queda dormida. Y casos insólitos, también, como el que leemos en esta ocasión de un niño que no puede parar de reírse.

Eland Elliot, tiene dos años y nación con síndrome de Angelman, un transtorno cromosómico que causa graves dificultades de aprendizaje y una sonrisa permanente en su cara. Lo que significa que no puede para de reír.



Las víctimas a menudo no pueden dejar de sonreír o reír. La condición es tan rara que menos de 1.000 casos se han registrado en el Reino Unido, reporte el diario bitránico The Mirror.

La madre del pequeño Elliot, Gale, dijo: “Cuando nos sentimos desanimados, la risa de Elliot nos mantiene a todos en marcha, sólo que hay mirarlo y nos contagia su alegría”.



“Al final del día, sólo quieres que tus hijos sean felices, y Eliliot lo está siempre“.

El único problema es que si Elliot y su hermano mayor, Alex, juegan y hiere a Alex accidentalmente. Alex se va llorando, pero Elliot se ríe y no entiende por qué”. La mamá dice que eso puede doler, pensar que Elliot está contento de hacerle daño a su hermano.

Los padre de Elliot detectaron su enfermedad cuando el era bebé y tenía problemas para alimentarse. Al principio ni los médicos ni nadie parecía estar demasiado preocupado. Sin embargo, a sus seis semanas lo remitieron al Royal Preston Hospital, donde le detectaron la enfermedad.

Su madre dijo que fue duro recibir la noticia, pues jamás había oído hablar de la enfermedad: Angelman. Buscaron en internet y terminaron desechos de pensar en todo lo que sufriría su querido hijo. Entre otras cosas, nunca podrá hablar, pero está buscando la manera de comunicarse con él. Además sólo necesita unas cuantas horas para dormir en la noche, a menudo se levanta en la noche y está sólo.

La familia de Elliot ha encontrado consuelo en el grupo ASSERT, que apoya a los familiares de la víctima. Su familia también tienen una sociedad de recaudación de fondos para Elliot llamado One Tickle Grande. Este se puede encontrar en www.onebigtickle.co.uk.