Razones diversas del diario vivir o de índole personal pueden alterar el estado de ánimo en sentido positivo o negativo. En el primer caso todo marcha sin problemas, prósperamente. ¡Bien!. No obstante en algún momento puedes flaquear y entonces frecuentemente se oye decir tengo un “down.”

Ese Down equivale a tener el ánimo bajo, en el suelo como se dice popularmente. Casi todos alguna vez pasamos por esa situación, pero en algunos el down puede ser más intenso y hasta provocar un estado anímico peligroso.



Cualesquiera que sea la situación es bueno razonar que todo lo encontramos hecho y lo vamos a dejar igual. Ningún consejo es mejor que el propio y el que nos da la familia y relacionados es importantísimo si obra para bien.

Lo de que no hay mejor consejo que el propio es porque cada quien conoce intrínsicamente la razón de su alegría y su pesar. Nadie debe quererte más que tú. Cuando te quieres aprendes al mismo tiempo a querer a tu prójimo, a comprender su situación, a amarlo y a perdonarlo.



Si el ánimo está en el suelo debes repetirte YO ME QUIERO. Dilo de manera visceral, plenamente convencido de que es así.

¿Por qué debes quererte? Muy sencillo: Nadie puede amar por ti, nadie puede dormir por ti, ni comer por ti y mucho menos sentir exactamente lo que tú.

En fin, eres único como ser humano. Lo que hagas o deshaga depende de ti. Puedes superarte o quedarte en el zaguán viendo lo que ocurre. Esto es más fácil, lo primero implica un esfuerzo. Nada fácil ha sido tan bueno que no termine en vómito alguna vez.

Estoy deprimida, me dijo recientemente una linda chica. No es posible porque naciste para triunfar-le alegué. La depresión es una actitud negativa multi-causal. Puede ser por algo que se desea y no se tiene. Otras veces “teniéndolo todo” sientes el vacío de no tener nada y que precisas algo básico no es material.

No importa la situación de que se trate, afróntala. Si no tiene solución olvídelo y sigues adelante. Toca puertas, alguna se abrirá, pero primero quiérete al máximo de manera tan intensa que contagies a los demás. Interiormente, repite con frecuencia YO ME QUIERO.

Opinión de Cándida Figuereo