CIUDAD DEL VATICANO.El papa Benedicto XVI invita a los católicos a defender sin complejos su fe en todos los campos, incluyendo la familia, el final de la vida o la justicia social, y a aliarse, en la medida de lo posible, con otros creyentes o con no creyentes.

El Papa



«El año de la fe», que lanzó en octubre el Papa, le permite defender su visión en estos campos, en momentos en que legisladores occidentales adoptan reformas sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo, el final de la vida o la selección genética.

En una época en que el cristianismo parece menos presente, en particular para los jóvenes, el Papa abrió una cuenta en Twitter y publicó un artículo en el Financial Times.



La idea es que Dios no está muerto y que «llama a vuestra puerta». Durante la misa de Navidad, Joseph Ratzinger lamentó que «el pensamiento contemporáneo, para que se lo considere serio, tiene que (…) transformar en superflua la ‘hipótesis de Dios’. No hay lugar para él», agregó.

En el Financial Times, Benedicto XVI invitó a los cristianos a no aceptar «falsos dioses».

«Cuando los cristianos rechazan inclinarse ante los falsos dioses propuestos en nuestros tiempos no es porque tienen una visión anticuada del mundo. Por el contrario, eso sucede porque están libres de ataduras ideológicas y están animados por una visión tan noble del destino humano, que no pueden aceptar compromisos», estimó.

La consigna del Papa es la «objeción de conciencia» y la defensa de las convicciones de los cristianos, incluso cuando van contra corriente.

Benedicto XVI reiteró su idea clave de diálogo constructivo con agnósticos y ateos y con creyentes de otras religiones, en aras de «la búsqueda de la verdad».

Para el Papa, puede haber una «alianza» con ellos en temas éticos en los que están en juego la «razón» y la «ley natural». Así, ha citado recientemente la argumentación del gran rabino de Francia, Gilles Bernheim, contra la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.

Los principios que defiende la Iglesia Católica «no son verdades de la fe, están escritos en la naturaleza humana, se los puede identificar por medio de la razón», suele repetir el Papa. Para él, los cambios en materia de matrimonio, comienzo y final de la vida o bioética causarán «una grave herida para la justicia y la paz».

Acompañan al Papa en estos combates el nuevo guardián del dogma, Gerhard Ludwig Müller, el arzobispo de Milán Angelo Scola o el «ministro» de Cultura Gianfranco Ravasi.

«Junto a Benedicto XVI se va formando un grupo pequeño, pero influyente, de obispos (…) muy atentos (…) a los temas centrales de la cultura y la sociedad relativos a la visión antropológica del hombre», indicó el vaticanista Sandro Magister.

Así, Müller estimó que el «neoateísmo» contemporáneo impulsa una visión cientificista y trata al creyente como «parásito», criticando best sellers como «El espejismo de Dios» del biólogo Richard Dawkins.

Ravasi causó sorpresa este fin de semana, al citar escritos del filósofo y escritor ateo francés Jean-Paul Sartre sobre la actitud de María al nacer Jesús.