gatos

 

Son varios los expertos que afirman que si todos los gatos del mundo se murieran de repente, las cosas rápidamente nos irían bastante mal. Los gatos, los domésticos y los callejeros, pueden engañarnos desde los calendarios y hacernos pensar que ellos dependen de nuestra comida o de nuestra basura para sobrevivir, pero nada más lejos de la realidad.



Los gatos son una perfecta máquina de supervivencia, un depredador importante de pequeños animales que puede sobrevivir como alma solitaria cuando la presa es escasa, mientras que prosperan en alta densidad cuando la presa es abundante. Destaca el portal cookingideas.es que  están tan intimamente ligados a nosotros que también amenazan nuestra supervivencia si un buen día desaparecieran de buenas a primeras.

Dios no lo quiera, pero así nos afectaría:



1- Tendríamos menos comida.

Los gatos son vitales para mantener las plagas bajo control al matar a los ratones y las ratas en los establos y áreas de almacenamiento de grano. En la India los gatos son considerados como actores principales que juegan un papel crucial en la disminución de la cantidad de pérdida de grano causada por el consumo o la contaminación de los roedores.

Un estudio realizado en 1997 en Gran Bretaña encontró que un gato doméstico trae a casa un promedio de más de 11 animales muertos (incluyendo ratones, pájaros, ranas y más) en el curso de seis meses. En otras palabras, puede ser cierto que los seres humanos alimentamos a los gatos; pero sin los gatos, los humanos tendrían menos alimentos.

2- Habría menos aves en el cielo.

Un estudio realizado en Nueva Zelanda en 1979 encontró que, cuando los gatos se erradicaron de la pequeña Isla de Campbell, la población de ratas local rápidamente se cuadruplicó. Y si la población de roedores se dispara, esto por supuesto desencadena una cascada de otros efectos ecológicos poco recomendables.

En la misma isla, por ejemplo, los ecologistas observaron que esta explosión de la población de ratas repercutía directamente en la población de aves marinas, cuyos huevos las ratas se comían. Así que si los aproximadamente 220 millones de gatos domésticos en todo el mundo mordieran el polvo, las poblaciones de aves es probable que cayera drásticamente hasta que otra población de depredadores de ratas menos amigables llenaran su vacío.

3- Empeoraría la salud de las personas.

Las personas que tienen gatos y animales domésticos tienen un riesgo menor de desarrollar problemas cardíacos que aquellos que no tienen animales de compañía, de acuerdo con los investigadores del Baker Medical Research Institute de Melbourne (Australia), quienes encontraron que los dueños de mascotas tienen una menor presión arterial y los niveles de colesterol también más bajo, independientemente de su hábito de fumar, la dieta, índice de masa corporal o nivel de ingresos.

Además se ha demostrado que sólo acariciar a un gato ayuda a quienes luchan contra una enfermedad o sufren de depresión. De hecho, en 2008 un estudio de la American Heart Association mostró que las personas que se habían sometido a cirugía recientemente tuvieron una recuperación más rápida si tenían contacto con gatos y otros animales de compañía.

4- Internet se quedaría sin su mascota preferida.

Es triste decirlo, pero más triste es pensarlo. ¿Te imaginas que pasaría con Internet si no hubiera gaticos que fotografiar, sin que hubiera mininos que tocan pianos en los memes o sin nadie que protagonizara vídeos donde beben agua del váter? Estos felinos son todo un fenómeno en la Red desde el momento de su concepción y cualquier intento de rebatir lo contrario está destinado al escarnio público.

Incluso existen peregrinas teorías que dicen que Internet ha sido inventada por gatos supremos que nos escudriñan desde el cielo. Tampoco es para tanto, pero sin gatos a YouTube se le irían, así a ojo, millones de visitas de un zarpazo, condenándonos por la eternidad a ver los mismos gatos una y otra vez, poniendo caritas de LOL en un ciclo sin fin. Un infierno en vida, vamos.

5- Aumentaría la desocupación en España.

Seamos claros. A nadie le interesa más que a España que este “Apocatlisis” nunca se produzca, si no queremos ver las listas de desempleo plagadas de trabajadores del sector de los áridos. Y todo por la sepiolita. La sepiolita es el componente fundamental de la arena de los gatos donde estos animales hacen sus necesidades, una arcilla porosa con excelentes cualidades absorbentes (absorbe más líquido que cualquier otro mineral conocido).

Y una de las zonas más ricas en sepiolita del mundo es la Comunidad de Madrid, siendo España el mayor exportador mundial de este material. Si a alguien le preguntas en qué lugar se encuentra el mayor yacimiento de sepiolita que se explota en el mundo, seguramente no sabrá la respuesta: en Vallecas, a los pies del Cerro Almodóvar.

La empresa TOLSA explota este yacimiento a cielo abierto a apenas 10 Km. de la Puerta del Sol que contiene cerca del 70% de las reservas estimadas de sepiolita en el mundo, gestionando cientos de puestos de trabajos directos y otros tantos indirectos, que también directamente se irían al garete. Y eso sin contar con todas las empresas que se dedican de una u otra forma al mundo de los gatos, no necesariamente al sector de sus deposiciones.