PARÍS. Cientos de miles de opositores al matrimonio homosexual se manifestaron el domingo en París participando en una marcha que quiere ser una demostración de fuerza contra el proyecto de ley promovido por el gobierno del presidente François Hollande y que será sometido al Parlamento francés a fines de enero.

Unas 800.000 personas participaron en la manifestación, según los organizadores, que aficharon esa cifra en pantallas gigantes colocadas en la explanada de Champ de Mars, donde terminó la manifestación, constató la AFP.



Por su parte, la policía estimó en 340.000 el número de manifestantes, anunció la prefectura de París.

Los organizadores habían afirmado que «a partir de 200.000 o 300.000 personas» la manifestación sería considerada un éxito.



Tras la consigna «todos nacidos de un hombre y una mujer», los manifestantes, que tienen el apoyo del principal partido de la oposición de derecha, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y de la iglesia católica, marcharon desde tres puntos distintos de París para converger en la gran explanada de Champ-de-Mars.

Los manifestantes, entre ellos muchas familias con sus hijos, enarbolaban banderas rosas, color elegido por los organizadores, y pancartas en las que podía leerse, entre otras frases: «Todos guardianes del código civil», «No hay óvulos en los testículos» o «dos vacas no hacen un ternero».

El dirigente de la UMP Jean-François Copé, que participó en la manifestación, afirmó que ésta «tiene un valor de test para François Hollande».

El arzobispo de París, monseñor André Vingt-Trois no participó en la marcha pero estuvo presente en uno de los puntos de partida de la misma para manifestar su «apoyo» y su «aliento» a los manifestantes.

«Quiero manifestar mi apoyo y mi aliento a los organizadores y a que los franceses puedan decir lo que piensan verdaderamente» sobre el matrimonio homosexual, dijo el obispo.

Por su parte, el arzobispo de Lyon (este), cardenal Philippe Barbarin, participó en la manifestación y afirmó que «cambiar el sentido de la palabra matrimonio es una gran violencia para el pueblo».

«La manifestación será un éxito cuando el presidente nos reciba. Es necesario que él nos escuche, que suspenda el proyecto de ley y abra unos estados generales para informar a los franceses del cambio histórico sobre la filiación», estimó una de las representantes de los organizadores, la humorista Frigide Barjot.

Ciento quince parlamentarios firmaron un llamamiento lanzado por Henri Guaino (UMP) en favor la organización de un referéndum sobre el matrimonio homosexual, según una lista publicada por el portal del periódico Journal du Dimanche.

El llamamiento de Copé a manifestar no es aprobado unánimemente en su partido. El ex primer ministro François Fillon no participó en la manifestación, pero aportó un respaldo a los opositores al matrimonio homosexual al exhortar a Hollande a «no imponer por la fuerza» un proyecto que «divide» al país.

En el Frente Nacional (extrema derecha) las posiciones tampoco son unánimes. Su vicepresidente Louis Alliot participó en la manifestación, pero su presidenta Marine Le Pen no lo hizo y sostuvo que el debate sobre el matrimonio homosexual es una «tentativa de distracción» de la clase política para que no se aborden los verdaderos problemas del país.

Pese a la manifestación, el gobierno socialista francés anunció de antemano que no retrocederá y que el proyecto será sometido al Parlamento el 29 de enero, como estaba previsto.

No obstante, los diputados socialistas trataron de calmar los ánimos al decidir el miércoles que no presentarán una enmienda destinada a abrir la procreación médicamente asistida a las parejas homosexuales.

Según los sondeos, los franceses son mayoritariamente favorables al matrimonio homosexual, pero respecto a la adopción por parte de los homosexuales la opinión pública está más dividida. Según la última encuesta del instituto LH2, 56% están en favor del matrimonio gay, pero sólo 50% son favorable a la adopción por las parejas homosexuales.