mexicanos presos

MÉXICO.- El narcotráfico en México ha sido en los últimos años una de las circunstancias dominantes de la vida pública, una dolorosa realidad que lamentablemente se ha vuelto cotidiana y persistente.



De ahí también que, luego de al menos diez años de presencia continua, sus efectos comiencen a ser palpables en las nuevas generaciones que o nacieron o crecieron ya plenamente en este contexto.

De acuerdo con una investigación dirigida por José Del Tronco Paganelli de la Facultad Latinoamerica de Ciencias Sociales (FLACSO) en ochos entidades del país, los adolescentes mexicanos muestran una creciente identificación con narcotraficantes y sicarios, por encima de otros modelos como empresario, profesor o miembro del ejército.



De acuerdo al portal El Intransigente, el estudio se realizó entre agosto y noviembre de 2012 en Baja California, Chihuahua, Colima, Durando, el Estado de México, Guerrero, Tabasco y Tamaulipas, estados con los que se pretendió cubrir la diversidad demográfica y socioeconómica de México, encuestando a 1400 alumnos de escuela secundaria, esto es, de entre 13 y 15 años de edad.

Según los resultados generales, 26.3 por ciento de estos jóvenes piensan que ellos mismos, sus amigos o personas de su edad les gustaría parecerse a narcotraficantes y sicarios. Después de estas figuras viene el empresario, con el 17 por ciento de preferencia, 12.4 por ciento se inclinó por el profesor, 10.7 por ciento por el policía o militar, 4.4 por ciento por funcionario de gobierno y 1.4 por ciento por un migrante.

Y si bien esto puede hablar con elocuencia de una situación social delicada, quizá todavía más preocupante sea el hecho de que, de los entrevistados, casi 4 de cada 10 (39.7 por ciento) dijo no aspirar a ninguna de estas alternativas (quizás si la metodología hubiera sido distinta y se hubiera incluido opciones como futbolistas, los resultados no hubieran sido tan alarmantes, pero de cualquier forma son un reflejo del deseo y de los modelos sociales en un tejido social descompuesto).

Por supuesto que esto último es mejor que sentirse atraído por el modo de vida del narcotraficante, pero la nada, la carencia de expectativas, sugiere muchas cosas de la situación que se vive en México