aire enlatado

CHINA.- Una extraña nube amarillenta que cubrió la ciudad de Pekín, en China, hace un par de semanas, creó pánico en la población y desató innumerables negocios, inclusive los más impensados.



Entre barbijos de colores, productos anti-polución y purificadores de aire, surgió un emprendimiento que, bajo pretexto de denuncia, terminó copando las calles: venta de «aire puro enlatado». Es decir, el aire ya no es gratis.

La idea fue del filántropo millonario Chen Guangbiao que, con latas amarillas y verdes en mano, comenzó a repartir «aire fresco enlatado» entre los asombrados transeúntes que no podían evitar esbozar una sonrisa.



Claro, más allá de la supuesta buena intención de Chen, la invitación a consumirlo se asemejaba más a rendir culto a su propia persona. Las latas tenían impresas su caricatura y la frase «Chen Guangbiao es un hombre bueno».

Destaca El Intransigente de Argentina que lo que comenzó como algo gracioso y gratuito, ahora se comercializa a 5 yuanes (US$0,8) la lata y el dinero recaudado se destina, según Chen, a las regiones más pobres de China. En el transcurso de 10 días ya se han vendido más de 8 millones de latitas.