PRETORIA. El campeón paralímpico sudafricano, Oscar Pistorius, acusado de asesinato con premeditación, negó el martes haber tenido la intención de matar a su novia, en audiencia ante un tribunal de Pretoria que se pronunciará sobre su eventual libertad bajo fianza.

Pistorius



«No tenía la intención de matar a mi novia Reeva Steenkamp», afirmó Pistorius en una declaración leída por su abogado Barry Roux, y añadió: «Desmiento rotundamente esa acusación».

Poco antes, la fiscalía sudafricana afirmó que el atleta paralímpico cometió un «asesinato premeditado», al disparar tres veces contra Reeva Steenkamp, cuyo cuerpo llegó este martes a una capilla de una ciudad costera sudafricana para ser incinerado.



«La víctima fue alcanzada tres veces cuando se encontraba en el baño», explicó el fiscal Gerrie Nel. «La puerta del baño fue derribada desde el exterior. Creemos que la puerta estaba cerrada con llave», añadió el fiscal ante el tribunal.

El fiscal afirmó que Pistorius, de 26 años, se armó, se puso sus prótesis, caminó siete metros y disparó tres veces a través de la puerta cerrada, lo cual demuestra, según él, que se trató de un acto premeditado.

«El acusado dijo a su hermana que pensaba que era un ladrón. ¿Por qué un ladrón se va a encerrar en el baño?», preguntó el fiscal.

Pero la versión que dio Pistorius en la declaración leída posteriormente por su abogado fue muy diferente.

«Reeva había telefoneado y propuso que cenáramos tranquilamente», relató. «A las 22 horas (20h00 GMT) del 13, estábamos en nuestra habitación, ella hacía yoga y yo estaba en la cama mirando la televisión. Estábamos muy enamorados. No podíamos ser más felices».

«Me había hecho un regalo pero me dijo que sólo podría abrirlo el día siguiente», día de San Valentín, prosiguió la lectura el abogado, generando una crisis de llanto en su cliente.

«Cálmese. Debe concentrarse en lo que está pasando» le dijo entonces el juez a Pistorius.

Tras una breve suspensión de la audiencia, hasta que el atleta se calmara, el abogado prosiguió leyendo la declaración del atleta: «Ya he sido víctima de violencia. Por este motivo, guardo un arma de fuego de 9 mm bajo mi cama. No hay barrotes en la ventana del baño. Alguien entró en la casa».

«La noche era muy oscura. Sentí mucho miedo al creer que había alguien en el baño. Como no tenía mis prótesis, me sentí muy vulnerable (…) Disparé contra la puerta del baño, y grité», añadió.

El abogado del atleta había afirmado anteriormente que la muerte de la joven «no fue un asesinato».

«No hay ningún elemento que indique la más mínima premeditación. Todo lo que sabemos, es que se encerró en el baño. La mataron en el baño (…) él se creyó que era un intruso», precisó.

«Sostenemos que ni siquiera es un asesinato», dijo Barry Roux, miembro del equipo que defiende a Pistorius.

Un importante equipo de abogados, especialistas en temas médicos y expertos en relaciones públicas participa en la elaboración de la defensa de Pistorius.

Stuart Higgins, un exredactor jefe del periódico británico The Sun, que cuenta entre sus numerosos clientes a British Airways y los clubes de fútbol Chelsea y Manchester United, tiene a su cargo las relaciones públicas.

La defensa de Pistorius también recalcó que el acusado nunca había sido condenado y tampoco tenía ningún caso pendiente. La audiencia para decidir sobre una eventual libertad bajo fianza se reanudará el miércoles.

Por otra parte, el ataúd de Steenkamp, de 29 años, fue llevado a una capilla de Port Elizabeth. Una hora después de la llegada del cuerpo, se inició una ceremonia en un crematorio privado, al borde de un parque de esta ciudad costera en la que vivió la novia de Pistorius.

Pistorius entró en la historia del atletismo mundial en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, al convertirse en el primer campeón paralímpico que participó en pruebas para atletas válidos.

Pistorius nació sin peronés y fue amputado de las dos piernas por debajo de las rodillas cuando tenía 11 meses. Aprendió a andar con prótesis y desde niño le gustó enfrentarse deportivamente a atletas sin discapacidad.

AFP