BRASILIA. Casi 800.000 personas murieron por arma de fuego en Brasil entre 1980 y 2010, la mayoría jóvenes con menos de 30 años víctimas de homicidio, según un estudio privado sobre violencia divulgado esta semana.

Armas en Punta Caucedo



Además de los homicidios, la cifra incluye accidentes, suicidios y muertes sin causa determinada, según el Mapa de la Violencia 2013 elaborado a partir de datos del Ministerio de Salud.

Entre 1980 y 2010, último año con datos procesados, murieron por armas de fuego 799.226 personas en Brasil, de las cuales 670.946 correspondieron a homicidios.



Muy por detrás se ubicaron las muertes por causa indeterminada, (79.464), suicidios (34.052) y por accidente (14.764), indicó la investigación.

De esas casi 800.000 víctimas, un 56% (450.255) eran jóvenes entre 15 y 29 años.

Sólo en 2010, 38.892 personas murieron por armas de fuego, un 95% por homicidio, lo que implica un promedio diario de 106 víctimas de bala.

«Países con más población que Brasil como China, India, Estados Unidos e Indonesia tiene cifras muy inferiores, lo que revela la dimensión del problema», dijo a la AFP el sociólogo Julio Waiselfisz, autor del estudio.

Con casi 194 millones de habitantes, Brasil registró en 2010 más homicidios con armas de fuego que, por ejemplo, Estados Unidos en 2008, cuando fueron registradas 12.179, agregó el investigador.

Entre 100 países, el Mapa de la Violencia ubica a Brasil con la novena tasa más alta de muertes por armas de fuego por cada 100.000 habitantes, por detrás de El Salvador, Venezuela, Guatemala y Colombia, entre otros.

Asimismo, determinó un sesgo racial en los homicidios cometidos en Brasil en 2010.

Ese año se registraron 9.478 homicidios de blancos y 25.026 de negros, sin tener en cuenta otras poblaciones como indígenas.

«Los negros son más pobres que los blancos, y viven en sitios donde la seguridad pública es insuficiente. Además, no tienen los recursos de los blancos para pagar seguridad privada», explicó el autor del estudio.

La investigación, según Waiselfisz, alerta no sólo sobre las elevadas cifras de violencia por arma de fuego, sino ofrece explicaciones.

«En Brasil tener y utilizar un arma de fuego es fácil. Aquí las armas son utilizadas para resolver conflictos que muchas veces son por motivos fútiles, además la impunidad es muy alta», dijo el investigador.

Se estima que sólo en 2005 había 15,2 millones de armas en manos privadas, según el estudio.

Un año antes, en 2004, Brasil implementó una política de desarme que incluye campañas para la entrega de armas a cambio de un bono que puede llegar hasta 225 dólares.

Entre 2004 y principios de enero de este año han sido entregadas voluntariamente 616.446 armas, según cifras oficiales de la Campaña Nacional de Desarme.

En su investigación, Waiselfisz determinó que las muertes por armas de fuego registraron una tendencia ascendente entre 1980 y 2003.

Después de ese año las cifras cayeron gracias a las políticas de seguridad y desarme implementadas por el Estado.

«Las políticas mostraron ser eficientes para frenar la tendencia alcista, pero revelaron ser insuficientes para contener el fenómeno», explicó.

Entre los estados brasileños con mayores tasas de muertes por armas de fuego, por cada 100.000 habitantes, están Alagoas (noreste), Espíritu Santo (sureste) y Pará (norte).

AFP