WASHINGTON. Estados Unidos está listo para abandonar la fase final de su sistema de defensa antimisiles en Europa, dijo un funcionario del gobierno el sábado, un hecho que podría reanimar las conversaciones sobre control de armas con Rusia.

Misiles



Como parte de los planes anunciados el viernes de desplegar más interceptores de misiles en Alaska (noroeste) para detener posibles ataques de Corea del Norte, Estados Unidos piensa «reestructurar» su programa de defensa antimisiles en Europa, dijo a la AFP un funcionario de la administración que habló bajo condición de anonimato.

El plan del presidente Barack Obama para Europa suponía el despliegue de interceptores SM-3 en tierra y en mar que serían actualizados y mejorados en cuatro etapas.



La fase final de los interceptores, conocida como SM-3 IIB, iba a ser realizada dentro de unos diez años en Polonia y posiblemente en Rumania, con un cohete propulsor más poderoso y un hardware avanzado.

Pero esta fase «está siendo reestructurada debido a recortes del Congreso a la financiación y a la tecnología cambiante», explicó el funcionario.

«El objetivo es investigar qué alternativa podría haber al plan original SM-3 IIB», agregó.

La decisión podría generar preocupaciones en Polonia y Rumania, pero es probable que sea bien recibida en Moscú, ya que funcionarios rusos consideraban que estos interceptores más sofisticados podrían tener como objetivo su arsenal de misiles y podrían socavar su capacidad de disuasión nuclear.

El asunto se había convertido en un obstáculo para cualquier progreso en un acuerdo sobre control de armas y analistas sostienen que desechar un bloque final de interceptores podría dar un impulso a nuevas negociaciones.

Sin embargo, el funcionario insistió en que «esto nunca ha sido acerca de Rusia», sino acerca de la defensa para sus aliados en Europa contra «amenazas de Irán».

Hace un año, Obama dijo al presidente ruso, Dmitry Medvedev, que iba a tener «más flexibilidad» para negociar con Moscú después de las elecciones de noviembre, en un comentario recogido por un micrófono que se encontraba cerca de los mandatarios y que generó fuertes críticas entre los republicanos.