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El hombre pasó tres meses llamando diariamente a una línea caliente para aliviar así su soledad. Waldrum empezó con esta rutina luego de terminar con su pareja, con quien tuvo una relación sentimental durante dos años.



El hombre, quien trabajaba como guarda de seguridad en un pueblo del Reino Unido, dice que va a seguir luchando para no pagar la deuda, a pesar de que Vodafone la redujo de 107.414 a 34.259 euros. “Se me ha arruinado la vida y he tenido que empezar a tomar diversos medicamentos antidepresivos” asegura el deudor.

El británico de 45 años empezó a llamar a la línea que tenía cargos ‘premium’, por lo que era aún más costosa, luego de ver el anuncio en televisión y además dice que en ningún momento se le advirtió de los costos exorbitantes que generaban las llamadas.



“Estaba cambiando los canales y vi el anuncio, sólo quería ver de qué se trataba” asegura. Para colmo de males, Waldrum se encuentra desempleado, llamaba a la línea caliente y no hablaba de sexo sino que conversaba con las mujeres sobre su triste historia de amor para así desahogarse. Además se siente terrible de tener que pagar una fortuna si a la final no usó la línea con intenciones sexuales y hablaba con mujeres para desahogarse pero no sentía excitación porque es homosexual.

“Entablé una bonita relación con ‘Hannah’, la chica con la que más hablaba. Le conté sobre mi relación previa y cómo esta había terminado casi dos años después, a su vez, ella me contaba que tenía problemas con su novio y que se sentía en un abismo. Hannah y las demás chicas me estimaban, yo ya era reconocido por todos en la línea”.

Destaca Semana de colombia que a pesar de una cuenta inicial de Vodafone por cerca de 26.000 euros, Waldrum continuó llamando, “no era capaz de parar, cuando me advertían que ya llevaba 20 minutos en el teléfono, yo colgaba pero volvía a llamar”. Lo cierto es que una nueva factura llegó y esta vez era por 86.438 euros.

El hombre reconoce su culpa pero también dice que la empresa sabiendo que él no era un multimillonario debió suspender la línea por el no pago de la primera factura y evitar así su ruina.

“Ahora lo único que pienso desde que me levanto hasta que me acuesto es cómo voy a hacer para pagar esa cuenta, estoy enfermo y me recetaron un medicamento para dormir y otro para manejar el estrés y la depresión”, aseguró el desilusionado hombre.

Por su parte, Vodafone dice que le advirtió de los costos pero que el cliente solicitó un cambio de SIM que le permitiera hacer llamadas a líneas sexuales, pero precisamente porque saben que no hicieron el aviso en el momento más oportuno fue que decidieron reducirle la deuda a Waldrum en más de un 60 por ciento.

“Cada vez que veo una tienda Vodafone empiezo a temblar, me da migraña y me siento terrible”. Kevin Waldrum le pide a Vodafone que lo exonere de la deuda y piense en su salud, pero la empresa dice que él tiene responsabilidad en sus actos y que ya actuaron de muy buena fe al reducirle más de la mitad de la deuda.