Dominicanos y dominicanas:

Es ya de conocimiento general que el Congreso de la República Dominicana aprobó al vapor, utilizando la fuerza de los partidos y por órdenes precisas del Poder Ejecutivo un contrato lesivo para la República Dominicana a favor de la empresa Barrick Gold Pueblo Viejo. Sabemos por igual que una minoría de congresistas rechazó este contrato y exhibieron una postura patriótica y correcta de rechazo a ese accionar.



En aquellos momentos históricos, los medios de comunicación, quienes reciben contratos de las empresas que contralan las megaminas, no lograron informar a la población dominicana sobre todos los riesgos en materia de salud, ambiente, economía y educación pertinentes a los peligros que corremos en nuestra isla, si convertimos nuestro país en una mina a cielo abierto. Pero por otro lado, hay que reconocer que en ese momento accionó una minoría de periodistas y escasos medios de información, identificándose con esa minoría de congresistas que adoptaron una posición correcta frente al citado contrato y a favor de una isla sostenible. Felicitamos a esos periodistas y escasos medios por su posición patriótica de ese momento, aunque hoy muchos de esos periodistas se encuentran desempleados.

Pero queda la mayoría de las preocupaciones sobre la megaminería y el uso de cianuro aún sin aclarar, y este es el tema por el que la Asamblea Nacional Ambiental (ANA), conjuntamente con el Colegio Médico Dominicano (CMD) y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), han convocado a este encuentro, con el más sano deseo de mejorar la información al país al respecto.



Iniciamos sin preámbulos nuestra propuesta, resumiendo los principales puntos a dilucidar sobre las preocupaciones que tenemos sobre la megaminería en la isla, como sigue:

En materia de Salud

1. Un estudio, en el cual intervinieron consultores europeos, sobre la Salud en algunas comunidades aledañas a la mina de Pueblo Viejo, en Cotuí y encontró que esas poblaciones tiene índices de cáncer seis veces superiores al promedio nacional, presumimos que por la exposición a metales pesados provenientes del mal manejo ambiental de los sulfuros de oro procesados. No podemos permitir seguir destruyendo la salud de los dominicanos, y la prerrogativa de preservar la salud debe ser colocada en primer lugar cuando de aprobar o cerrar un proyecto por mal manejo ambiental se trate, y si este crea impactos en la salud de algún ser humano.

2. El uso de cianuro en los procesos extractivos está prohibido en numerosos estados de Norteamérica, en varios países de la Unión Europea, en muchas regiones de Canadá y en Costa Rica, y la megaminería por igual. Es mandatorio la prohibición inmediata del uso de cianuro en la minería en la isla de Santo Domingo. La ANA se siente comprometida en luchar por esta causa, hasta lograr esta prohibición, ya que considera este hecho insostenible y de altísimo riesgo para el país y la isla. En anexo relatamos algunos de los graves accidentes ocurridos en otras minas en varios lugares del planeta, ejemplos que hablan por sí solos.

3. ¿Somos los dominicanos más diestros que los occidentales para impedir la contaminación con cianuro? NO. Nadie está a salvo con el cianuro. La prueba está en lo ocurrido recientemente en la presa de Cola del Llagal en Barrick Gold, donde las comunidades de Cotuí recibió serias amenazas de rotura de esa presa, con apenas unas lluvias normales. Imagínese usted cuando haya cianuro en grandes cantidades y toda el agua del Bajo Yuna y la Bahía de Samaná cianurizada!!.
¡Una renegociación del contrato con Barrick Gold NO nos liberará del Cianuro!
¡Mantengamos la República Dominicana libre de cianuro! ¡NO A LA MINERIA CON CIANURO!

4. El uso masivo de agua de proceso en contacto con metales pesados es el procedimiento prevalente en la megaminería, siendo el caso de la extracción del oro aún más contaminante de estas aguas debido el tipo de proceso. En las soluciones ambientales propuestas para disminuir este impacto se recurre a presas de contención de las aguas contaminadas de esas industrias. La actividad sísmica coloca a nuestro país en una zona de alto riesgo, creando una amenaza mortal el que estas aguas contaminadas sean vertidas en el territorio nacional en cualquier momento, corriendo el gran peligro de inundar grandes regiones fértiles y zonas pobladas con estos metales pesados y cianuro, exponiéndonos a destruir la salud de todos y contaminar por milenios las actividades productivas, así como alejar el turismo de nuestra isla para siempre.

5. El uso de fuentes fósiles de energía para la industria megaminería contribuye al calentamiento global, y nuestra isla es un lugar de los más sensibles al cambio climático por su condición insular entre otras.

6. Las emisiones de ozono, de partículas en suspensión, y la emisión de metales pesados, son llevados a las plantas y éstas llegan hasta las aguas, creando contaminación. Las mediciones llevadas a cabo en el valle de Bonao muestran resultados preocupantes como consecuencia de las emisiones negativas realizadas por la Falcombrigde, quienes pudiendo colocar filtros para mitigar este efecto, prefirieron invertir comprando varios medios de comunicación para ocultar su accionar impropio e irresponsable frente al medio ambiente.

En materia de ambiente y economía

1. Los ecosistemas donde se practica la megaminería son alterados irreversiblemente o destruidos. Tenemos el caso de la Alcoa en Pedernales, la Falcombrigde en Bonao y la propia Rosario Resources como ejemplos palpables, para entender que donde la actividad minera actúa, se modifica el ambiente, y esto de una manera irreversible.

2. El beneficio en las comunidades locales no es proporcional al daño ambiental que generan las megamineras irresponsables. Podemos ver los índices de desarrollo de Pedernales, los cuales hablan por sí solos. Es un modelo económico que aunque aporta al fisco parte de sus ingresos, éstos no llegan a las comunidades que reciben el mayor impacto ambiental de la industria que sí recibe beneficios.

3. La minería a menor escala, como es el caso de las minas de yeso de Barahona, la mina de Larimar en Bahoruco, las minas de carbonatos de calcio, utilizados para hacer pasta de dientes y otros usos en la cercanía del Lago Enriquillo, las minas de agregados de la construcción no han tenido los impactos ambientales tan negativos como la megaminería, pudiendo recuperarse la condición ambiental. La Asamblea Nacional Ambiental no se opone a la minería, sino que se opone a la megaminería que no toma en cuenta los ecosistemas ni a los seres humanos. No nos oponemos a la minería siempre y cuando los riesgos no sean tan grandes como los corremos hoy en día con la mina de Cotuí operada por la Barrick Gold y la Goldcorp, los cuales proponen el uso de cianuro en sus procesos, existiendo varios métodos desarrollados en Australia para extraer el orp sin el uso de cianuro.

4. La propuesta de Majescor Resources y de Eurasian Minerals no toman en cuenta a los seres humanos, ni a las comunidades animales y vegetales ni al ambiente. Proponen una explotación de la Cordillera Central y el Massif du Nord en su totalidad. La Ley 64-00 del 1980 planteaba la definición por una Ley del Uso de Territorio a nivel nacional, donde se definirían zonas a preservar como protegidas para garantizar los procesos naturales, y plantea una zonificación de uso del territorio dominicano como forma de asegurar a las futuras generaciones un país sostenible. No hemos avanzado en esta zonificación, pero la Dirección de Minería sí ha otorgado concesiones mineras en todo el territorio dominicano, dejando casi nada de espacio a las actividades de los seres humanos y a los ecosistemas, como podemos ver debajo.

5. La equidad no es un atributo de la sociedad dominicana en el 2013 y no existen modelos solidarios que permitan mejorar las diferencias de oportunidades de los habitantes de nuestra isla. Vivimos bajo un modelo económico alejado del ambiente, usando los recursos naturales como si estos fueran inagotables, irrespetamos los ecosistemas, como si estos no fueran frágiles a las acciones humanas, y no tenemos un plan de futuro. Una definición de la ley Territorial, tomando en cuenta a los seres humanos, el ambiente y a las futuras generaciones, es mandatorio y urgente, y la posición de la ANA al respecto de la inclusión de la megaminería en este modelo es altamente cuestionable. Estudios muy profundos y exhaustivos deberán demostrar claramente la sostenibilidad de cada proyecto minero antes de ser aprobados, y los medios de comunicación y la sociedad civil debemos luchar por que los mismos no sean festinados en sus aprobaciones y podamos eliminar la corrupción en estos procesos de planificación, contribuyendo de esta forma a fortalecer el débil sistema democrático en la República Dominicana. Un empoderamiento de población y la correcta y permanente divulgación de la información para todos los habitantes de la isla deberá ser una prioridad de los medios de comunicación y de todos los dominicanos al respecto de la megaminería.

En materia de educación

1. La educación ambiental es mandatorio a todos los niveles en la República Dominicana. Mejorar los sistemas educativos, integrar a todos los actores del la economía en un plan nacional de educación ambiental es imprescindible para incorporar al estudiantado al conocimiento de su entorno y tratar de salvar los ecosistemas nacionales ya altamente afectados por el uso económico de estos por el hombre.

2. Nuestros ríos en las desembocaduras no llevan agua potable; nuestras costas han perdido su flora y fauna natural; el uso inadecuado de los terrenos agrícolas en numerosos valles y planicies han creado dependencia de una agricultura química; el uso inadecuado del agua limita su disponibilidad en muchas partes del país, y así podemos enumerar otros usos inadecuados del territorio y las implicaciones ambientales de estos actos en la sostenibilidad. Educar al respecto es mandatorio y urgente. Reconocer nuestras fallas y trabajar para mitigarlas es un deber de todos. Lograr calidad de vida para todos es la meta, y vivir en una isla con sostenibilidad es el reto.

La actividad de hoy aquí y con todos ustedes pretende crear una expectativa en los medios de comunicación, para que juntos preparemos un plan de acción consensuado.

Podemos entender que estas reflexiones son complejas para ser puestas en marcha a corto plazo y que requieren de mucho esfuerzo, requieren de cambios en la visión económica y mercantil del uso de los recursos naturales de la isla, pero también entendemos que si no actuamos, corremos el riesgo de perder la soberanía y ya estamos afectando a las futuras generaciones irreversiblemente, dejándoles un país con una capacidad inferior de calidad de vida de la que pudimos gozar nosotros. Tenemos que luchar por lograr sobreponernos y llegar al reto de la sostenibilidad y la felicidad de todos los dominicanos.

Atentamente;

Omar Bros
Presidente
Asamblea Nacional Ambiental –ANA-, Inc.
Av. Lope de Vega No. 59, Local C-10.