Representantes de un sector de los transportistas visitaron ayer el Palacio Nacional para abordar el tema de las rutas alimentadoras de la segunda línea del Metro, que en principio el gobierno pretendía manejar; así como un plan para el reordenamiento del transporte público de pasajero.

Tras reunirse con el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, a quien entregaron un documento con sus propuestas, el Bloque Nacional de Transportistas Unificados, que representa cerca del 80% del transporte a nivel nacional, explicaron que el gobierno tomará en cuenta a todos los representantes de este sector, lo que le garantiza que no serán desplazado de las alimentadoras del Metro.



La información sobre las conversaciones con el gobierno, que continuarán la próxima semana con el director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), Diandino Peña, fue ofrecida por los presidentes de la Central Nacional Movimiento Choferil (Mochotan), Alfredo Pulinario Linares (Cambita), y de la Unión Nacional del Transporte y Afines (Unatrafin), Arsenio Quevedo.

Insistieron en que de quedar fuera del negocio los transportistas tradicionales, más de 300 mil familias resultarían afectadas.



Informaron que Montalvo le habría prometido diligenciar un encuentro con el director de la OPRET, para buscarle solución al conflicto.

Cambita dijo que el gobierno ha dejado sin efecto la entrada en operación de los autobuses que adquirió para las rutas alimentadoras del Metro, hasta concertar con los transportistas.

Durante la reunión, el gobierno informó sus planes para y los transportistas plantearon sus necesidades, entre las que incluyen el cambio de la flota vehicular.