Por Michelle M. Lizardo : En honor a la muerte del Sr. Moncada, por el dolor que nos une a su familia tras la tragedia de una tarde de noviembre, 2011.

Sr. Asesino, recuerde siempre algunas de las cosas que con su acto se llevó.



1. Se llevó, la oportunidad de que sus hijos puedan crecer orgullosos de su padre, los avergonzaste para toda la vida convirtiéndolos en los “hijos de un asesino”.

2. Se llevó, la dignidad de toda su familia convirtiendo a sus hijos, mujer, hermanos, sobrinos y demás, en víctimas de su patología antisocial, llevándolos ciegamente a mentir por usted ante Dios, la prensa, las víctimas y los testigos por defender lo indefendible.



3. Con su acto se llevó, la dignidad, privacidad, seguridad e integridad del hogar de más de 18 familias, incluyendo la suya!.

4. Se llevó, la inocencia de TODOS los niños que aquí viven, incluyendo los suyos, convirtiendo su espacio de juego en la escena de un crimen.

5. Arrebató la moral y el recuerdo de personas mayores que aquí dejaron un legado de paz, moral y hermandad por más de 40 años.

6. Nos marcó el recuerdo de una infancia feliz en un condominio lleno de amigos, abuelos y hermanos a todos los que aquí crecimos y jugamos durante nuestra infancia.

7. Les sacudió la abnegación parental a todos los padres de estos hogares al violentar a tiros el lugar que por años de constancia y sacrificios forjaron para el desarrollo integral de sus hijos en este supuesto lugar seguro.

8. Con su violencia, gritos, amenazas, imposiciones y falta de cuidado (suya y de los suyos) hacia los otros y hasta a los propios suyos, convirtió hace 10 años una comunidad de amigos de infancia en su campo de batalla, obligándonos a ser testigos día tras día, de su desdén hacia la vida, sus malos tratos a empleados, su mala educación y amenazas a vecinos y su opresión a todo aquel que osara oponer sus deseos, fuimos testigos de su cobardía masculina al golpear y maltratar a su mujer embarazada de su segundo hijo, quien irónicamente contagiada de su patología hoy olvida el refugio que encontró en una de nuestras vecinas.

9. Se llevó con su llegada la armonía de un equipo de familias que entre diferencias, para bien y para las peores, como HOY, siempre supo encontrar los puntos medios y el acuerdo en palabras francas y buenas intenciones.

10. Se llevó la discreción y la paz de vivir en un sector “TRANQUILO” y con sus actos nos colocó en los medios, nos puso bajo la mira de la sociedad dominicana por un acto infame típico de los extractos más bajos de cualquier sociedad.

11. Para el final le recuerdo lo más importante, se llevó la VIDA de un hombre ejemplar, que a pesar de ser su víctima siempre estará muy por encima de todo lo que usted desde su miseria pudiera llegar a soñar, usted y su padre, quien imagino es gestor e incubador de su enfermedad, se llevaron la VIDA de un padre abnegado de 3 hijos ejemplares, un esposo, tío y hermano honorable, se llevó la vida de un gran amigo y hoy me atrevo a decir esto con firmeza y orgullo a pesar de nunca haberlo conocido, pues tuve la dicha de ver su grandeza en su despedida repleta, repleta de personas INDIGNADAS por su acto … pero más que eso llenas de FE en la justicia, personas dispuestas, educadas, amables, solidarias, íntegros y sobre todas las cosas LEALES a la MORAL que hoy nos ABATISTE…

Finalmente Sr. Asesino, quiso con su acto típico de un sociópata llevarse todo lo que aquí menciono, pero lamento decirle que esto tuvo el efecto contrario, con esto nos devolvió la fuerza para recordar que somos MAS los sanos y los enfermos son solo usted y su padre… Se llevó la VIDA del Sr. Moncada y es esto lo único realmente irreparable, pero para su disgusto jamás podrás llevarte su legado, su recuerdo en aquellos que lo conocieron, su historia ni su esfuerzo por hacer lo correcto, así como, estarán manchados de por vida los tuyos.

Hoy somos nuevamente una comunidad en paz, en unión y hermandad, listos para luchar unidos para que su hazaña nos marque pero jamás nos defina.

En nombre de Todos los vecinos del Xiomara les escribe Michelle M. Lizardo