Los gigantes estadounidenses Visa y Mastercard demandaron a los minoristas que rechazaron un acuerdo amistoso valorado en miles de millones de dólares sobre las comisiones aplicadas a las transacciones y solicitaron a un juez estadounidense que dictamine que estas prácticas no son ilegales.

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Las dos redes de tarjetas de créditos y varios bancos fueron llevados a juicio desde 2005 por una demanda colectiva a cargo de las grandes cadenas de distribución estadounidense, como Target, Walmart y Macy’s, que protestan por las reglas y las comisiones que aplican.

Éstas son percibidas por Visa y MasterCard a través de los bancos implicados en cada transacción.



El año pasado Visa y MasterCard y los bancos alcanzaron un multimillonario acuerdo amistoso para pagar a los comerciantes que los demandaron por presunta fijación de las tarifas por el uso de la tarjeta.

Pero los distribuidores rechazaron el acuerdo, argumentando que no soluciona las preocupaciones latentes sobre cómo se establecen las tarifas.

El viernes los grupos de pago bancario lanzaron un contraataque, solicitando al juez estadounidense John Gleeson dictaminar que las prácticas de las tasas no supone una violación de la ley federal antimonopolio, según la queja planteada en el distrito judicial de Brooklyn.

Visa y Mastercard quieren terminar un proceso que dura 8 años pagando la suma de 7.250 millones de dólares, 6.000 millones por daños y perjuicios y 1.200 millones en concepto de reducción de comisiones facturadas, a condición de que las compañías renuncien a todo proceso judicial posterior y acepten sus tasas de comisiones interbancarias.

«MasterCard confia en que el tribunal dará su aval definitivo a este acuerdo», declaró el portavoz de la compañía Jim Issoksone, en un correo electrónico enviado a la AFP.

Aunque la semana pasada otro grupo de comerciantes rechazó la propuesta de acuerdo. Todos tienen hasta el 28 de mayo para hacerlo oficialmente ante la justicia, afirmó el portavoz de la Federación Nacional de Distribuidores (NFR), Craig Shearman.

La audiencia final está prevista para el 12 de septiembre.

La NRF «se opone al acuerdo amistoso porque (…) no introduce la transparencia necesaria para que el sistema se abra a la competencia y se bajen los precios de la comisión», afirmó.

«Más que bajar las comisiones, las compañías de tarjetas proponen que estas sean transferidas a los clientes en la forma de un subcargo», añadió.

Además afirma que las cantidades barajadas en el acuerdo sólo corresponden a dos o tres meses de comisiones de transacciones, lo que sería insuficiente.

Las tasas aplicadas van del 1,8 al 2,5%, afirmó Visa, y suponen unos 40.000 millones anuales, según estimaciones de prensa.

AFP