WASHINGTON. El avión Solar Impulse, primera y única aeronave propulsada por energía solar, despegó de Texas (sur de EEUU) ayer para arribar en Missouri (centro), donde usará una «revolucionario» hangar inflable que reemplazará a uno de los dañados por los tornados que azotaron a esa parte del país.

«Para proteger la aeronave en el aterrizaje … Solar Impulse desplegará una revolucionaria estructura inflable por primera vez» explicaron los dos creadores del proyecto, los pilotos Bertrand Piccard y André Borschberg.



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El aparato experimental, comandado por Piccard, despegó de Dallas a las 04h06 hora local (09h06 GMT) y aterrizará en St. Louis a primera hora del jueves.



La tercera etapa, de las cinco previstas por sus creadores para atravesar todo el territorio de Estados Unidos, empezó la semana pasada en California.

El objetivo es promover la tecnología de este avión que depende de 12.000 células fotovoltaicas para producir electricidad suficiente como para cargar su batería de litio de 400 kilos, necesaria para alimentar los cuatro motores eléctricos a hélice de 10 caballos de fuerza, tanto de día como de noche.

Después de dejar Missouri, la aeronave se dirigirá al aeropuerto Dulles, cerca de la capital Washington, a mediados de junio, y finalmente, llegará al aeropuerto Kennedy de Nueva York en julio.

La parada en St. Louis «es muy importante y simbólica» para los organizadores de la travesía, pues es una forma de rendir homenaje al pionero de la aviación Charles Lindbergh y su «Spirit of St. Louis», el primer avión que voló desde Nueva York a París sin escalas.

Se espera que el tramo entre Texas y Missouri sea el más largo realizado por Piccard hasta la fecha por la aeronave.

La unidad permanecerá entre una semana y diez días en cada parada, donde el público podrá ver el avión y hacer preguntas a los pilotos y otros participantes en el proyecto.

El Solar Impulse, un proyecto iniciado hace diez años, realizó su primer vuelo en junio de 2009.

En 2010, el avión solar voló sin parar 26 horas para demostrar su capacidad de acumular energía suficiente durante el día para seguir volando en la noche.

Un año más tarde, el aparato hizo su primer vuelo internacional entre Bélgica y Francia, y en junio de 2012, el primer viaje transcontinental de 2.500 km entre Madrid, España, y Rabat, Marruecos, en 20 horas.

El aeroplano es particularmente sensible a las turbulencias y no tiene espacio para pasajeros, pero Piccard ha insistido en que esas cuestiones no son contratiempos, sino retos para el futuro.

Piccard y Borschberg prevén dar la vuelta al mundo en 2015 con una versión mejorada de este dispositivo.