JOHANNESBURGO. El ex presidente sudafricano Nelson Mandela seguía este martes en «estado grave, pero estable», en su cuarto día de cuidados intensivos en un hospital de Pretoria en el que es tratado de una infección pulmonar, indicó la presidencia de su país.

«El expresidente sigue en estado grave, pero estable», declaró la presidencia, precisando que «los médicos hacen todo lo posible para curar a Madiba», usando el nombre del clan de Mandela, que se ha convertido en el apodo cariñoso que utilizan los sudafricanos para referirse al primer presidente negro del país.



Mandela

«Estable significa que no está ni mejor ni peor, quiere decir que su estado no ha cambiado», dijo a la AFP Mac Maharaj, portavoz del actual presidente, Jacob Zuma.



«Siento mucho no poder dar más detalles», agregó Maharaj.

El vocero de la presidencia no quiso confirmar si Nelson Mandela podía respirar sin asistencia -lo que indicó el sábado-, invocando el secreto médico.

Zuma se reunió personalmente el lunes por la noche con el equipo médico que está tratando a su ilustre predecesor en una clínica privada de Pretoria y los médicos le dieron «un informe detallado», indicó la presidencia.

«Saben lo que están haciendo y están haciendo un trabajo muy bueno», declaró Zuma en una aparición en la televisión este martes. «Es muy serio pero está estabilizado, y todos rezamos para que se recupere rápidamente», añadió.

A pesar de este desalentador informe médico, Zuma no anuló las actividades previstas en su agenda, y sus servicios informaron que se encontraba este martes en Ciudad del Cabo para preparar un discurso de presentación del presupuesto ante el Parlamento el miércoles.

La seguridad fue reforzada alrededor del Mediclinic Heart Hospital en Pretoria. La policía acordonó la zona alrededor de la entrada y registraba a los vehículos y los peatones que entraban.

«La policía está allí para proteger a los miembros de la familia que lo visitan», dijo a AFP la comisaria de Sunnyside, confirmando por primera vez de manera indirecta que Mandela está siendo tratando en este centro.

Pocos partes médicos

La presidencia sudafricana, oficialmente la única habilitada en comunicar sobre el estado de salud de Mandela, se niega a confirmar donde está internado el héroe de la lucha anti apartheid y divulga pocos partes médicos.

La ex esposa de Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, volvió a visitarlo el martes por segundo día consecutivo. Sus tres hijas aún en vida también visitaron a su padre.

Su actual esposa, Graça Machel, ha estado junto a su lecho desde que fue internado, según los medios de comunicación sudafricanos.

Se han dado muy pocas informaciones sobre el estado de Mandela, pero el expresidente de Sudáfrica tiene una historia de problemas pulmonares desde que se le diagnosticó una tuberculosis en 1988.

Es la cuarta estadía en el hospital en siete meses del este hombre considerado como un símbolo mundial de la paz y el perdón.

A fines de abril, el presidente Zuma y los principales jerarcas del partido en el poder (Congreso Nacional Africano, ANC) fueron fotografiados con un Mandela que parecía extremadamente frágil en su hogar de Johannesburgo.

El ANC -que deberá disputar elecciones en 2014- ha perdido gran parte del prestigio que le otorgaba Mandela debido a numerosas acusaciones de corrupción, a la pobreza y a las carencias de los servicios públicos.

El partido y el gobierno desmintieron que los allegados de su ex líder les hubieran prohibido visitar a Mandela en el hospital.

Maharaj afirmó que Zuma lo visitará cuando sea el momento adecuado.

«El presidente tiene intenciones de visitarlo, su actitud es dejar primero que el equipo médico tenga todo el espacio necesario para atenderlo y luego dejar que sus seres queridos más cercanos puedan tener acceso a él», explicó.

Mandela, que cumplirá 95 años el mes próximo, regresó al hospital dos meses después de haber sido dado de alta luego de un tratamiento contra una neumonía.

No ha sido visto en público desde la final de la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica, en julio de 2010, y hace muchos años que dejó de tener actividades políticas.

La prolongada ausencia de Mandela de la vida pública ha obligado a un país que lo adora a pensar en lo que significa la democracia multirracial obtenida a costa de tantas luchas sin el hombre que la forjó.

«Creo que habrá preocupación fuera de Sudáfrica porque Mandela es considerado como el pegamento que mantiene a Sudáfrica unida», declaró a la AFP el analista Daniel Silke.

«Pero yo creo que esto es algo que hace tiempo terminó», dijo, deseando sin embargo que mejorase.