Los cadáveres de dos jóvenes fueron encontrados en un bosque cercano a Guadalajara, en el oeste de México, tras haber sido secuestrados y asesinados como una venganza por burlarse en la escuela del hijo de un capo del narcotráfico, informó el martes la fiscalía estatal.

Los cuerpos fueron encontrados en La Cebada, un predio del bosque La Primavera, a donde fueron llevados bajo engaños el 21 de junio pasado por otros jóvenes y asesinados ese mismo día, informó en una conferencia de prensa Luis Carlos Nájera Gutiérrez, fiscal de Jalisco, cuya capital es Guadalajara.



Andrés Barba Oliva y Luis Antonio Ortiz Guerra, de 15 años, fueron reportados desaparecidos el 22 de junio pasado, un día después de que salieron de sus casas diciendo a sus padres que irían al cine.

Un joven, que confesó ser parte de un grupo delictivo vinculado al cártel de Sinaloa, fue detenido. Este adolescente fue quien presuntamente acompañó a las víctimas el día de su desaparición a una plaza comercial de Zapopan, un municipio contiguo a Guadalajara, donde fueron vistos por última vez.



De acuerdo con las investigaciones, Ortiz Guerra había sido contactado unos días antes por Facebook por otro chico de 17 años, presunto integrante de una célula del crimen organizado y prófugo, quien los invitó a formar parte de la organización criminal y los citó en la plaza comercial, de donde fueron llevados al predio para ser asesinados.

El adolescente detenido declaró que un grupo de jóvenes planeó el crimen como venganza por las burlas y actos de violencia que las dos víctimas hacían a un compañero de la escuela que resultó ser hijo de José Luis Carrasco Coronel, un narcotraficante encarcelado en Ciudad de México.

«Este joven que hoy tenemos detenido nos dice que estos dos jóvenes maltrataron y se burlaron de un hijo de José Angel Carrasco Coronel» y que el hijo de este delincuente y otros jóvenes «maquinaron y elaboraron todo» para secuestrar y matar a los dos compañeros, añadió Nájera Gutiérrez.

Lejos de soñar con superhéroes, cada vez más menores que viven en zonas afectadas por el narcotráfico en México portan armas y amenazan, en un preocupante fenómeno, que según especialistas, es de imitación.

Más de 70.000 personas murieron en México entre 2006 y 2012 en el contexto de la lucha contra el narcotráfico.

afp