NUEVA YORK. Forrados de botellitas de agua y buscando refugio en lugares refrigerados, los neoyorquinos seguían este viernes soportando una ola de calor excepcional, con una sensación térmica de 43°C en la víspera del fin de semana debido a la humedad.

Desde el comienzo de la semana, las temperaturas superan los 34°C, con una sensación térmica muy superior. Y la noche no aporta más que un alivio relativo, con el calor prisionero del asfalto.



El alcalde Michael Bloomberg ha intensificado las recomendaciones, instando a la gente a «utilizar el aire acondicionado, evitar la deshidratación e informarse sobre la salud de vecinos, amigos o familias vulnerables».

Más de 420 «centros refrigerados» permanecen abiertos para aquellos que lo necesitan, dijo. Estos sitios son generalmente bibliotecas o centros para personas mayores que disponen de aire acondicionado.



La estación de televisión local NY1 recomienda limitar las salidas y no beber alcohol o bebidas azucaradas, en espera de un descenso de las temperaturas, previsto para el domingo después de una tormenta.

En las calles de calor abrasador, neoyorquinos y turistas por igual tratan de paliar las altas temperaturas.

Algunos ciclistas circulan sin camisa. Los jugadores de ajedrez de Union Square tienen sombrillas. Los niños juegan en las fuentes de Battery Park y Washington Square. En Central Park, una mujer y su perro se refrescaban el viernes al mediodía bajo un regador automático. Y en algunos edificios, los conserjes distribuyen botellas de agua a los residentes.

Todo el noreste de Estados Unidos afectado

Los trenes entre Nueva York y Boston (Massachusetts, noreste) fueron levemente ralentizados por precaución en caso de que el calor afecte los rieles.

Algunos comerciantes callejeros se confiesan desolados. «Hace demasiado calor, no es bueno para los negocios», explica Mohammed Rahman, que vende perritos calientes (hot-dogs) y comida especiada india en su pequeña camioneta en una esquina de la Calle 47 y la Tercera Avenida.

En la Calle 23, otro vendedor anuncia su mercancia de fresas y arándanos a un dólar por caja, la mitad del precio habitual.

Algunos edificios de oficinas han detenido parte de sus ascensores para reducir la presión sobre el sistema de electricidad por el funcionamiento a pleno de los aparatos de aire acondicionado.

«La ola de calor hizo aumentar el consumo de electricidad hasta casi el récord» registrado en 2011, precisó la compañía de electricidad Con Edison.

Una iglesia luterana, la Gustavus Adolphus, enfrenta la canícula con humor: «El diablo llama, quiere que le devuelvan su tiempo».

Una muerte fue atribuida al calor en Nueva York: la de un hombre de 57 años de Staten Island el 8 de julio.

Esta ola de altas temperaturas afecta a todo el noreste de Estados Unidos hasta Chicago.

Las ciudades de Boston, Filadelfia y Washington se encontraban el viernes bajo alerta de «exceso de calor».

El alivio debería llegar el fin de semana en la forma de tormentas. Y el servicio de metereología advierte que algunas de ellas podrían ser violentas, con fuertes precipitaciones.